Según bajaba en el coche hace un rato de camino para la oficina, un pensamiento mañanero me ha traído entretenida. No sé a colación de qué, pero el caso es que me he puesto a hacer un pequeño balance de años atrás y, me he dado cuenta de que no hay ninguna persona a la que odie. A la que odie con toda mi alma... A pesar de que por desgracia me han hecho jugadas muy gordas, pero no sé, no siento rencor u odio hacia nadie.
Entonces aquí viene mi pregunta y el motivo del post. ¿Creéis que el sentimiento de odio merece la pena? Me explico: odiar implica un sentimiento, es decir, un desgaste de energías que probablemente esa persona ni siquiera merezca. Creo que odiar a alguien es darle más importancia de la que se merece. ¿No es mucho mejor y tal vez más inteligente la indiferencia? ¿Y quizás también más sana? Dicen que “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio”. Odiar nos crea “mala sangre” y ¿por qué no invertir nuestras energías en algo más productivo y ser completamente indiferentes ante seres que nos han perjudicado y que hemos apartado de nuestra vida?
Una aclaración más. Me refiero a odio particular hacia alguien por algún motivo concreto, no odio generalizado hacia un conjunto de personas de características “x” u odio a “ese presentador de la tele que me cae tan mal”.
¿Qué opináis vosotros?
¡¡¡Buenos días!!!