#209 Está igual de mal decirle a alguien pobre (como yo) "estás así por no esforzarte lo suficiente" que que alguien pobre diga "no tener mucho dinero tiene ventajas como no preocuparte tanto por la gestión de muchimillones". La cosa es enriquecer al máximo nuestras experiencias (laborales y no-laborales), no defender una experiencia vacía de sentido pudiendo hacer "ayunos intermitentes" de atención mirando youtube y el As / Marca. ¡Claro que hacer lo que te gusta es cosa de ricos! Pero en vez de adoptar actitudes marxistas y "arriba-contra-abajo" la cosa es dar sabor vital a lo que haces. Y no confomarte con un espejismo (eso sí, con H.D. vía un proyector de Apple. ¡La hostia tío!).
El oficinismo no es peor que luchar contra serpientes y tarántulas venenosas enfadadas contigo en una habitación cerrada y a oscuras. Pero subirlo falsamente al pináculo de la autorealización laboral es tan naïf que cuesta abordar su defensa. Que a alguien le guste currar con traje y disfrute viendo a pivas arregladas en su oficina... algo muy delator de la degeneración en múltiples niveles de la sociedad es que ante el tecnoprogresismo y lo muy digna que se crea la gente muchas personas tengan ganas de volver atrás (sabiendo que el pasado no hay que idealizarlo y que aumentabas tu posibilidad de morir por cualquier causa y que las condiciones higiénicas eran penosas). A eso a veces se le llama "huir hacia atrás". Pero no, sería un "enfrentamiento cara a cara" contra lo pesado. Rechazar la ligereza con la que la gente quiere vivir pensando que eso no tiene consecuencias. Para mí es al revés: ahora se huye hacia adelante. A más tecnología más fácil será todo. Y menos difícil se infiere que será todo más celestial y con arcoiris vitales y más series en tu televisión y realidad virtual y un nuevo Half Life...
Creo que no tenéis ni idea lo que suena en mi cabeza cada vez que leo discursos así: distopía, distopía, distopía...