el cementerio esta lleno de valientes salvadores.
no lo se porque en esa situacion pues no se sabe pero pensandolo ahora por mi familia y por mi novio
Ah, sí, totalmente, por cualquiera. Para tipos como yo de traje gris, es la solución más sencilla.
Te ahorra el dolor existencial de dar un sentido a tu vida, porque, ¿qué hay más heróico (y por tanto irracional, pues todo acto de heroismo requiere una locura lúcida) que sacrificarte en un instante por alguien, no sólo a alguien que amas, sino a alguien que ni siquiera conoces?
Y, claro, como pensabas que tu vida no iba a llegar a ningún sitio, no hay tampoco mayor consuelo que el pensar que esa persona seguramente valga más que tú y que su vida, no, más que eso, la vida que tú no conoces pero crees cuajada de virtudes, se ampliará con tu fracaso en este mundo, pues estará condicionada por el peso de saber que alguien a quien él tampoco conocía, dio su vida para que pudiese seguir con la suya. Y se siente como Atlas ante la necesidad de ser lo que el otro individuo debió pensar que era.
El desconocimiento, la ignorancia, en ambos sentidos da ilusiones a ambas partes.
Y por último, si nada de ello funciona, si ves el propio fracaso de la persona salvada desde el más allá, siempre te queda la risa sarcástica de aquél que sabe reirse de sí mismo, y se regodea pensando en lo humillante que es ser un mártir fallido, como aquellos monjes de la guerra que se sacrifican por el otro preso, y sus guardianes, conocedores del potencial de la humillación, no sólo matan al monje sino también a la persona por la que debió cambiar su vida.
Al menos ellos quizá piensen aquello de que "la intención es lo que cuenta", pero si son listos y ven más allá, tendrán en unos momentos la cara de la vergüenza máxima y dirán con rabia: Erbarme dich mein Gott.
Tú, sin embargo, sí sabes apreciar lo bueno del fracaso, no ya sólo en vida, sino también en la muerte.
Sacrificarse es fácil, es cobarde, lo difícil es mantenerse sobre dos piernas.