Si fuese uno de los alcaldes, concejales o diputados regionales que se toman en serio su labor y trabajan duro para hacer lo mejor que pueden por su ciudad, pueblo o comunidad, creo que hoy me costaría demasiado levantarme y acudir de nuevo a trabajar. No soy capaz de imaginar el hastío y la impotencia que tienen que sufrir quienes ven cómo sus propuestas, sus decisiones y sus proyectos no sirven de nada cuando el votante entrega su papeleta.
Habría que estar ciego para no entender que el resultado de las elecciones de ayer es el fruto del descontento generalizado con el actual gobierno socialista. Y podríamos discutir largo y tendido sobre la idoneidad o no de saltar de PP a PSOE y de PSOE a PP cada vez que uno de ellos nos tiene hasta los cojones, pero la cuestión no es esa. La cuestión es, señores, que ayer era un día para evaluar y valorar la gestión de nuestros alcaldes y presidentes comunitarios y eso no ha sido lo que se ha hecho.
El mensaje que se envió ayer es tan claro como desmoralizador: Da lo mismo si haces bien tu trabajo, si te esfuerzas por mejorar las cosas o si te dedicas a robar descaradamente. A la hora de votar, lo que realmente pesa es lo que se hace o deja de hacer en Moncloa.
Que nadie se equivoque, esto no es una crítica al Partido Popular. Hoy han sido ellos los beneficiados, pero dentro de 4, 8 o 12 años serán las personas trabajadoras del PP quienes paguen injustamente las consecuencias de la gestión del presidente del Gobierno.
Está claro que la Ley Electoral necesita ser modificada, pero el principal problema de nuestra democracia no es la ley, sino los votantes. Y mientras la gente no se implique, ni se preocupe o informe antes de votar, mientras decidan elegir a su alcalde en función de lo que haga su presidente, no podremos cambiar nada.
RPV: Si eres demasiado vago para leer el texto, probablemente seas la causa de que lo haya escrito.
PD: Ya me voy a hacer un blog y esta será la primera entrada, gracias.
PD2: "El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio." - Winston Churchill