Sus resultados han ido en ascenso en todas las citas electorales, pero el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) todavía no ha conseguido nunca representación parlamentaria. El partido presidido por Silvia Barquero concurre a las elecciones generales del 28 de abril de 2019 con la esperanza de sumar fuerzas en Madrid, Barcelona o Sevilla para aspirar a un escaño en las grandes circunscripciones. En Podemos temen que PACMA les pueda robar hasta medio millón de votos. Estas son las diez medidas clave de su ideario:
Abolición de la tauromaquia. Es la bandera principal en redes sociales del Partido Animalista: la prohibición inmediata de la tauromaquia, sin consultas ni referéndums como propone Podemos. PACMA propone la eliminación de cualquier espectáculo con animales, “aún sin provocar su tortura o muerte”. Esto incluye festejos populares, encierros, capeas y cualquier otra modalidad taurina.
Prohibición de la caza. En todas sus modalidades. “La caza provoca el exterminio de millones de animales y la dispersión de 6.000 toneladas de plomo cada año al medio ambiente, contaminando acuíferos y plantas, y causando el plumbismo, una enfermedad que afecta tanto a los animales como a las personas. A esto sumamos los más de 50.000 galgos y podencos utilizados como armas para acosar a otros animales, y que de forma habitual son maltratados, torturados o abandonados”, denuncia el partido. En esta línea, el PACMA también persigue la prohibición de la pesca deportiva.
Experimentación con animales. El partido de Silvia Barquero reclama acabar con el “terrible e innecesario” sufrimiento animal en la experimentación científica. Propone “obligar a las empresas, hasta su prohibición, a hacer públicos los resultados de sus experimentos con animales, con el objetivo de reducir el número de estos” y “rescatar” a los animales de todos los laboratorios científicos, civiles y militares para comprobar su estado.
Compra y venta de animales de compañía. La formación animalista propone una serie de medidas que desincentiven la compra y venta de animales domésticos hasta terminar en su completa prohibición. Respecto a ellos, quiere prohibir que puedan permanecer atados o enjaulados y defiende la eliminación completa del sacrificio animal.
Prohibición de circos, zoos y acuarios. Al igual que con la tauromaquia, PACMA propone acabar de forma fulminante con los circos de animales, además del cierre de zoos y acuarios. Respecto a los animales que viven en ellos, plantean devolverlos a sus hábitats naturales y, en los casos en los que no sea posible, mantenerlos en “santuarios animales” subvencionados y protegidos por el Estado y que operen sin ánimo de lucro.
Presión fiscal contra las granjas. El partido propone el cierre absoluto de las granjas peleteras y de las granjas de foie-gras. En cuanto al resto, defiende aumentar la “carga impositiva” y las inspecciones, con el objetivo de desincentivar la actividad de producción de alimentos de origen animal. También plantea prohibir la publicidad institucional de estos productos y suprimir ritos religiosos de sacrificio como el halal o el kosher.
Prohibición de transgénicos. Basándose en “múltiples estudios científicos” que alertan sobre el supuesto riesgo para la salud de estos productos, PACMA opta por abolir la plantación de semillas modificadas genéticamente para mejorar su productividad. Promueve entonces las ayudas a las plantaciones ecológicas y la “reconversión” de las actuales explotaciones.
Cierre de nucleares. El programa de PACMA va más allá de las medidas sobre protección animal y entra en materias como la energía, en los que defiende el cierre de cualquier central nuclear que supere su período de vida útil para salvaguardar la “seguridad de las personas y animales”.
Reforma electoral. El partido también entra en la arena política y propone una reforma de la Constitución que consagre los derechos animales y una reforma electoral que anule el sistema de circunscripciones y opte por el de circunscripción única, desterrando también la Ley D’Hondt por el camino. En esta misma línea, el PACMA propone la eliminación de las diputaciones provinciales y la reducción de altos cargos.
Renta mínima. PACMA hace suyas propuestas clásicas de la izquierda como la creación de una renta mínima garantizada para las personas sin ingresos o cuyos ingresos no satisfagan sus necesidades vitales. En este sentido, proponen trasladar a escala nacional el modelo del País Vasco respaldado por el Cupo.
Una aproximación a la equiparación legal de animales y humanos
Como era de esperar, el objetivo principal del partido animalista, lo que ocupa la mitad de todas las páginas de su propuesta, es mejorar la vida de los animales, también descritos como “seres vivos sensibles” o “individuos”. No por nada su eslogan es “su voz, tu voto”.
Entre sus principales puntos del programa está una batería de medidas que cree un cuadro legal completo para acercar los derechos de los animales a los nuestros, a saber: una ley marco de Protección y Bienestar Animal, una fiscalía general y especializada contra el maltrato animal, un observatorio y un defensor de los animales.
Pedirían a Medio Ambiente que incluya una dirección sobre el maltrato animal. Buscarían endurecer las penas por maltrato de forma que, al contrario de como ocurre ahora, no sea casi imposible entrar en la cárcel por cometer estos actos. De la misma forma, se haría un registro de inhabilitación de tenencia de animales (sólo accesible para la policía y otros entes públicos) para aquellos que tengan antecedentes de maltrato.
También quieren derogar de forma inicial todas las leyes sobre qué constituyen o no animales peligrosos para hacer nuevos estudios sobre la potencial peligrosidad para desestigmatizar a razas de perros. Desde su punto de vista, muchos de estos animales no son agresivos, sino que sus dueños los entrenan así.
También buscan proteger especialmente a animales como el lince, el lobo o el gato montés.
Todo lo que gira en torno al sacrificio de animales tendría que cambiar, también en casos en los que se los mata por protocolos sanitarios de prevención y bioseguridad o por limitación de las especies invasoras, término que consideran “discriminatorio e injusto”. Antes que exterminar a cualquier animal, habría que intentar curarlo o reubicarlo, según proceda. En las carreteras habría que instalar túneles y pasos elevados para que transiten los animales y evitar así miles de atropellos al año.
El día a día con las mascotas
Las mascotas siguen suponiendo para ellos una categoría especial y diferenciada dentro del resto de animales. Las protectoras de animales y los santuarios ganarían financiación e importancia (serían entidades de utilidad pública), desincentivarían enormemente la compra-venta de animales (que fomenta la industria de las razas) y se prohibiría la importación de animales exóticos.
Están en contra de cualquier tipo de mutilación animal, salvo la esterilización, que para el caso de las mascotas defienden, y la portación de chips, que en el caso de perros y gatos sería obligatoria.
También incluyen otras cláusulas que favorecen la tenencia de mascotas, como una rebaja fiscal de veterinarios, ayudas públicas para familias sin recursos con animales a su cargo, bancos de alimentos para animales para familias pobres, la especial protección de los animales en entornos de violencia doméstica y la creación de residencias de animales en espacios de la Administración.
A diferencia de su programa de 2016, en la reciente propuesta andaluza también contemplaban la inclusión de una serie de obligaciones mínimas para la tenencia de animales.
Repensar toda la industria alrededor de la vida animal
Esto implica la prohibición de experimentación en animales, el cierre de las granjas peleteras, las del foie grass, los espectáculos cirquenses, los acuarios, zoológicos y cualquier negocio que implique el uso de los mismos que pueda causar “algún grado de maltrato físico o psíquico”.
Evidentemente, prohibición de la caza, de la pesca y de los toros (todos los toros: "encierros, novilladas, rejoneos, sueltas de reses, tentaderos, herraderos, capeas y becerradas").
La industria cárnica: no prohibirla, pero sí desincentivarla enormementeTambién por todo esto, y por su componente ecologista, las explotaciones ganaderas, avícolas y cunículas están en el punto de mira. Proponen retirarles las subvenciones, aumentar los impuestos de estas explotaciones y endurecer las medidas para que los animales sacrificados para explotación tengan mejores vidas.
También prohibirían métodos de sacrificio halal y kosher. El bienestar animal está por encima de las prácticas religiosas.
No proponen eliminar las dietas omnívoras, pero sí empujar hacia este camino incorporando medidas para rebajar su presencia, como con un "impuesto climático a los productos de origen animal", campañas promocionales públicas, en comedores y en la escuela del veganismo.
Pacma, el partido verde
Para ellos es tan prioritario el cuidado animal como el del planeta. Entre sus propuestas a este respecto hay muchas, si no todas, de las clásicas reivindicaciones de los verdes, como la protección de los ríos, mejorar la ley de parques naturales y costas, prohibición de energías contaminantes, el fomento de las renovables (que, para ellos, deberían ser el 100% del poll de aquí a diez años) y la progresiva sustitución de los coches actuales por eléctricos y por un mayor uso del transporte público.
Destacan, eso sí, tres peticiones verdes que siguen más o menos en disputa dentro del sector: no a las nucleares, no al TTIP y no a los transgénicos.
Políticas de izquierda
Aunque no todos los partidos animalistas de europa son izquierdistas (como ejemplo contrario tendríamos al partido animalista danés), en el caso de Pacma sí lo son. Los puntos 4 a 8 de su programa se dedican a sus ideas sobre la organización humana, los puntos habitualmente más tratados por el resto de partidos, y de ahí se extrae que su visión es, en general, de izquierda socialdemócrata, aunque con algunos puntos más o menos rupturistas.
Defienden:
Una transición urgente hacia un sistema económico nacional e internacional que entienda que a la economía no solo le atañe la gestión del dinero y los capitales, sino que sepa y asuma que toda actividad económica se inserta en un entorno físico-natural y en un contexto social.
Así, entienden que diversos aspectos del actual sistema económico deberían empezar a incluir cuestiones como la sostenibilidad medioambiental o el bienestar individual antes que los intereses financieros o el mero crecimiento del PIB.
Piden, entre otras cosas, una mayor democratización del Banco Central Europeo, más banca ética, mejorar la progresividad del IRPF y luchar contra la evasión de impuestos, apoyo al turismo rural, fomentar la creación de nuevas empresas y el crecimiento de las PyMEs (aunque sólo en las que se cree mayor cantidad de trabajo con el objetivo de reducir así el desempleo). También apoyan las tasas de transacciones financieras.
Para Cultura, Sanidad, Educación e Igualdad buscan la mayor dotación económica de estas áreas, pero sin pedir medidas concretas distintas a las esperables por parte de partidos progresistas. Sorprende, tal vez por lo escueto de su apartado, lo tocante a políticas migratorias, para las que sólo piden su inclusión en el sistema sanitario y una vaga alusión a la necesidad de revisar la política migratoria española.
Pacma no parece tener demasiado interés ni en la cuestión identitaria-territorial de España ni en las políticas internacionales, más allá de un ánimo generalizado a la búsqueda de mayor compenetración en la lucha contra el fraude fiscal y la defensa del medio ambiente.
Un nuevo marco político: una persona un voto y fuera diputaciones
Uno de los más desarrollados dentro de su proyecto y uno de los que más le diferencia de otros partidos.
Buscan elaborar una nueva Constitución Española, principalmente para “dotar de rango constitucional los Derechos de todos los animales como ya existen en otras Constituciones europeas”.
También quieren modificar las circunscripciones electorales, el sistema de distribución de diputados y el sistema D’Hont y sustituirlo por fórmulas que palien la actual infrarrepresentación de los partidos nacionales más modestos o de mayor apoyo urbano que perjudica, justamente, a partidos como Vox, Podemos o Pacma.
Para corregir el posible efecto de infrarrepresentatividad de los territorios proponen una modificación del Senado que haga más tangible su labor de debate de las cuestiones autonómicas.
De paso proponen otra medida de adelgazamiento del Estado: eliminar las diputaciones provinciales, que, según Pacma, “duplican las funciones y competencias de las propias comunidades autónomas”. Pero para que el Estado provea de las funciones que actualmente ejecutan las diputaciones pretenden crear otro “órgano paritario de colaboración” entre el Gobierno de cada Comunidad Autónoma y las entidades locales “que no suponga la creación de una nueva estructura administrativa sino el compartir servicios, reducir gastos y mejorar en eficacia”. La idea es darle más peso de gestión a los ayuntamientos.
Aparte incluyen otras medidas generales, como una reforma de la ley de partidos que ayude a los partidos pequeños, una ampliación de las leyes de transparencia, la derogación de acuerdos con la Iglesia Católica y la eliminación de la Ley de Seguridad Ciudadana del PP.
Pacma es un partido de objetivos limitados y concretos. No son plenamente transversales, como la mayoría de partidos que conocemos en España, sino que buscan un tipo de electorado "marginal" y "concienciado" y por eso muchas veces se ha considerado su voto como el del desafecto de la política mayoritaria o de castigo hacia otras formaciones. Son, para nosotros, más una agrupación de manifestantes que se organizan para protestar contra casos concretos de maltrato animal que una fuerza política seria, efecto también de la escasa cobertura mediática que se hace de este partido habitualmente.
Pero así se veía también a los partidos ecologistas, cuya agenda no se creía de suficiente calado para la ciudadanía hace décadas y que ahora algunas de sus formaciones (caso del Due Grünen alemán y austríaco o de Los Verdes que optan al Parlamento Europeo) tienen una fuerza parlamentaria incuestionable. El fenómeno político del animalismo crece en Europa. Pacma es otra prueba de ello y, dada su trayectoria, es posible que den la sorpresa en las próximas elecciones.
La campaña el Viernes Santo fue cuestión de animales. En esta ocasión, no porque se dijeran burradas o los candidatos se ladrasen unos a otros, sino porque los animales desplazaron a los políticos. Unidas Podemos y Ciudadanos celebraron sendos actos con ellos como protagonistas. En unas elecciones tan inciertas como las del 28-A, cada voto cuenta. Por eso, las formaciones tratan de suturar cualquier fuga; en este caso hacia el partido animalista Pacma, al que el macrosondeo preelectoral del CIS concede hasta dos posibles diputados.
Esa posible fuga de votos preocupa especialmente a Unidas Podemos. La formación morada ya trató de absorber en 2016 al Partido Animalista contra el Maltrato Animal (Pacma), pero la negociación no cuajó porque los morados no llegaban en sus propuestas a donde exigían los animalistas. «Resulta imposible cualquier acuerdo electoral con formaciones que ni siquiera piden el fin de la tauromaquia», defendió entonces el Pacma. «Pablo Iglesias ha aclarado en varias ocasiones que no pedirán la prohibición de los festejos taurinos, algo que para el Pacma es un mínimo irrenunciable».
Podemos ha notado que la correa aprieta y ha endurecido su propuesta, pero sin llegar a exigir el fin de la tauromaquia. Propone un referéndum para prohibir las corridas de toros; la eliminación de las ayudas y subvenciones relacionadas con la tauromaquia o la prohibición de los espectáculos que supongan maltrato animal. O su propuesta más llamativa: reconocer en el Código Civil a los animales como seres que sienten. Medidas que presentó hoy en un acto para captar el voto animalista.
Pablo Iglesias, en un acto cotnra el maltrato animal, hoy, en Madrid.J. J. Guillén
En todo caso, medidas insuficientes para el Pacma, que sitúa a Podemos como un rival directo a combatir, a restar votos. «Me pregunto qué utilidad tiene votar a un partido en descomposición como Podemos. La utilidad del voto la deciden aquellos en lo que creen. La fragmentación del Congreso no es una amenaza es una representación de la sociedad en la que vivimos», fue el aviso de Laura Duarte, su candidata a Moncloa.
Casi 40.400 personas de quienes votaron a Podemos en 2016 escogerían ahora al Pacma. «Quiero dar un mensaje claro: esto sólo se cambia desde el Gobierno», fue el argumento de Iglesias, que visualiza un Gobierno con el PSOE, para retener a los que piensen fugarse al Pacma.
PENAS PARA LOS MALTRATADORES
Albert Rivera y su equipo montaron un acto en el Espacio La Grada de Madrid, con exhibición canina incluida, buscando una buena foto -como el lunes, cuando Rivera se montó en una moto en la sierra de Madrid-. Y la consiguió.
Ciudadanos enfocó casi todas sus propuestas hacia los animales de compañía, penalizando el maltrato, la tortura y la muerte para que los culpables puedan llegar a ingresar en prisión, o el abandono, con multas de hasta 30.000 euros.
Rodeado de una veintena de ruidosos perros, Rivera detalló cuatro propuestas para convertir España en «un paraíso para las mascotas».
La formación naranja quiere que los animales dejen de ser considerados cosas que pueden ser vendidas, embargadas o heredadas como cualquier objeto. Para ello, propone cambiar el Código Civil para que estos seres vivos sean considerados «seres dotados de sensibilidad». También propone que en caso de separación o divorcio de los dueños, se pueda aprobar la custodia compartida del animal como opción preferente.
Por último, Rivera se comprometió a impulsar una ley que buscaría prohibir el sacrificio de animales sanos, pero sin vetar la tauromaquia.
Fuente: https://www.elmundo.es/espana/2019/04/19/5cba01eafc6c83a6468b4590.html