Cuando nuestra sociedad sea estudiada en el futuro, verán que, como toda sociedad, pusimos en lo más alto de nuestro escalafón de valores ideales de moda. En nuestro caso conceptos como la libertad individual, la cultura y la información son las vacas sagradas con las que casi nadie se mete, en especial con la cultura.
Y es que solemos consolarnos pensando que somos más cultos e inteligentes que nuestros antepasados, gracias al ‘Progreso’ con mayúsculas. Ahora el español medio sabe más cosas en general. Pero como hay más información uno demuestra antes que es inculto.
Miremos a nuestros abuelos. Muchos de ellos vivían en un pueblo. A lo mejor eran hasta analfabetos. Pero lo que tenían que conocer en ese momento, la cultura que se manejaba en su entorno civilizacional (pueblo, ciudad o país), les hacía personas cultas. Sin necesidad de saber qué son los neutrones o las noticias del último terremoto en Papua-Nueva Guinea.
Sin embargo ahora al español medio se le puede demostrar que es más inculto en cualquier momento porque hay mucha más información que maneja la gente, y mucho más diferente.
Si juntáramos a dos abuelos de dos españoles al azar, casi seguro que tenían muchísimos intereses, experiencias y puntos en común. Mientras que si, en vez de a sus abuelos, cogiéramos a esos dos mismos españoles, resulta que uno sabría muchísimo de un tema y el otro de otro, pero en el fondo son más incultos que sus abuelos respecto al conocimiento global y del entorno.
Uno no podría hablar con el otro de física nuclear o de sistemas computacionales, y el otro no podría hablar de materialismo dialéctico o el quattrocento italiano; uno sería un enamorado del Real Madrid de Marquitos, Pachín y Gento, y el otro del cine de Lars von Trier.
A medida que aumentamos el espectro cultural nos volvemos más incultos, por mucho que aprendamos.
Por otro lado, ocurre que además el conocimiento y la cultura no forman una capa sedimentaria. El que nace ahora no va adquirir todos los conocimientos que tenían sus antepasados, sino que los hay que se pierden.
Los jóvenes españoles de hoy, a diferencia de sus abuelos, conocen muy por encima toda la mitología cristiana y católica, no leen la Biblia ni van a misa, no se conocen todos los santos, etc.
Pasa lo mismo con conocimientos prácticos. Antes era muy difícil encontrar a un adulto que no supiera hacer fuego. Hoy chavales jóvenes que hayan hecho fuego alguna vez en su vida, muy pocos. Chicas, ninguna. La gente joven de hoy tampoco sabe cocinar, y en cambio las mujeres de antes se sabían todos los trucos con todas las especias habidas y por haber.
Un ama de casa que llevara toda la vida en la cocina conoce los secretos de la cocina, no es que sepa cuatro cosas. De la misma forma que un agricultor no era “medio agricultor”, dominaba todos los ámbitos muy complejos de la agricultura, del clima, la geografía, etc. no tenía una idea superficial de ellos.
Hay muchos tipos de conocimiento y de cultura que se pierden, y se sustituyen por otros. Pero ha calado la idea de que somos más inteligentes y más cultos que nuestros antepasados. Dominamos más temas, pero con mayor superficialidad. Hoy algo que notaríamos al hablar con gente mayor es que quizás dominan pocos temas pero lo hacen con mucha profundidad.
Hoy el típico ser humano del mundo desarrollado es alguien que conoce mil, diez mil o cien mil temas, que es capaz de hablar de muchísimas cosas con mucha gente pero que no es capaz de profundizar demasiado en ellas, lo suficiente para hablar con cualquiera que tenga su nivel cultural.
¿Es esto progreso? Culturalmente como sociedad al individuo de hoy se le presentan dos alternativas, ser polivalentes y superficiales y poder hablar con todo el mundo de todo, y/o participar de compartimentos culturales estancos los unos de los otros. Unos se quedan en lo primero, otros se encierran sólo en lo que les interesan, y una mayoría (¿o minoría?) intentan compaginar la superficialidad con una profesión o carrera y algún hobby o afición.
Pero en ningún caso somos ya una sociedad culturalmente cohesionada, como nuestros antepasados, que manejaban casi todos la misma información y cultura, y dominaban con profundidad los mismos temas sin grandes espectros de diferencia. Por no hablar de que tenían todos vidas mucho más parecidas en cuanto a vivencias, acontecimientos, rituales, protocolos, objetivos vitales, moral, idiosincrasia, etc.
¿Cómo será el futuro cuando el conocimiento y la especialización sean casi infinitos y la wikipedia tenga miles de billones de artículos? ¿Sería posible ser “culto” frente a tanta información y conocimiento? ¿Cuántos millones de leyes y normas jurídicas tendrían que estar en funcionamiento para regular una sociedad tan compleja? Posiblemente sería insostenible si no fuéramos muchísimos más número de humanos y no alteráramos las capacidades de nuestro cerebro. O eso, ¿o vamos directos al colapso civilizacional?