Uno de los principales problemas del mercado laboral son los parados de muy larga duración, aquellos que llevan más de cuatro años sin trabajo; un colectivo especialmente vulnerable porque no recibe ningún tipo de ayuda ni de prestación social, y además, con el riesgo de quedar tecnológicamente descolgados. Pues este colectivo se está incrementando. Ya son 370.000 en España, lo que lo sitúa como el segundo país con más parados de muy larga duración de la Unión Europea, solo por detrás de Italia.
“Los datos recogidos de Eurostat indican que el peso de los parados que llevan más de cuatro años en el desempleo ha vuelto a incrementarse”, señala la radiografía del desempleo en España que ha elaborado Asempleo, la asociación de las agencias privadas de empleo. En concreto, señala que este colectivo llegó al 12,1% del total de número de desempleados.
En el 2008, en los momentos previos a la crisis financiera, había 80.000 parados de muy larga duración, lo que supone que ahora “se afronta el cambio de ciclo económico con cuatro veces más parados en situación de extrema vulnerabilidad”.
Una vulnerabilidad que los coloca en riesgo de exclusión social no solo porque han dejado de percibir prestaciones, sino también porque se están quedando fuera del ritmo de cambio tecnológico de nuestra sociedad. Después de 48 meses de ausencia del mercado laboral, las posibilidades de encontrar un empleo se reducen drásticamente. Los nuevos trabajos requieren habilidades distintas y formaciones específicas que este colectivo no domina. Pueden haber perdido el tren.
(...)
Por otro lado, también se constata una vez más que los mayores de 50 años son los que encuentran más dificultades para volver al mercado de trabajo, un fenómeno que, según Asempleo, parecía haber cambiado de signo antes de la pandemia, pero que vuelve a intensificarse este año.