La situación de las bateas de las Rías Baixas está siendo un problema para los productores de mejillón, que ven como sus piezas de mayor tamaño sale a la superficie muertas, vacías o directamente con las cuerdas sin ejemplares. Por desgracia, esta situación no es nueva, lleva pasando varios años de forma consecutiva, pero a lo largo de este verano los casos se han incrementado notablemente. Algunos mejilloneros estiman que el 45% de la cosecha de mejillones está perdida.
El mejillón no es la única especie que se está viendo afectada en las últimas semanas, pues la playa de A Lanzada, en O'Grove, apareció llena de navajas, conchas de caleducha y almejas muertas esparcidas a lo largo de la costa. ¿A qué se debe que las Rías Baixas se esté convirtiendo en un cementerio de bivalvos? La respuesta podría estar en las altas temperaturas.
Las altas temperaturas como principal verdugo
No existe una confirmación oficial de las causas de este problema, aunque, tal y como explican en el medio local Diario de Arousa, los expertos se inclinan a pensar en un efecto provocado por las elevadas temperaturas registradas en el agua del mar este verano.
Los mejillones necesitan aguas más frías para vivir y desarrollarse, pues a mayor temperatura, menos oxígeno hay en el agua, lo que dificulta sus condiciones de vida. Este fenómeno no solo afecta a ejemplares de gran tamaño, también lo sufren las crías, lo cual es preocupante de cara a futuras campañas.
Desde el medio local apuntan a una situación que podría demostrar la relación directa entre la temperatura de las aguas y la muerte de los moluscos: cuando los bateiros sacan las cuerdas, ven que desde la mitad hacia arriba los mejillones están muertos, es decir, la parte más expuesta a las aguas más calientes.
¿Empezamos a tener un problema real con el cambio climático? Es cierto que no está confirmado todavía el por qué a pasado esto, pero si que los expertos en el tema se inclinan hacia ello.
Y si, pobres políticos y sindicatos, lo que van a llorar con esto y no poder hacer unas buenas mariscadas