Daniel Pauly: "El pescado es demasiado barato y no debería comerse a diario"
Este experto en sobrepesca es uno de los biólogos marinos más influyentes del mundo. Hoy recoge el Premio Fronteras del Conocimiento de Ecología y Biología de la Conservación que concede la Fundación BBVA "por sus contribuciones al conocimiento de los océanos y sus esfuerzos por proteger la biodiversidad"
Cuando un periodista se encuentra ante un personaje como Daniel Pauly corre el riesgo de dejarse arrastrar por una biografía infantil que hace que Oliver Twist parezca una sitcom.
Nacido del amor de un soldado negro del Ejército de EEUU y una francesa en la Liberación de París al final de la Segunda Guerra Mundial, Pauly fue abandonado por su padre, que procedía de una sociedad que prohibía matrimonios entre afroamericanos y blancas. Pues esto es sólo el principio.
Su madre, sin recursos, le entregó en adopción a un matrimonio suizo que había perdido a un hijo. Entonces, claro, empieza lo bueno, el niño recibirá una educación portentosa, y cicatrizarán sus heridas afectivas en un país rico y tolerante con un chico mulato. Pues tampoco. Sus nuevos padres bebían en exceso, su hermanastra fue prostituta y su hermanastro, presidiario. En aquel ambiente tóxico para cualquier aventura académica, Pauly (1946) estudia en un colegio público, llega a la universidad y se convierte en uno de los biólogos marinos más influyentes del mundo.
Leído esto, conviene hacer una aclaración pertinente: Daniel Pauly sería igual de importante para la ciencia de haber vivido una infancia normal. Su carrera es simplemente deslumbrante de por sí, sus antecedentes solamente confirman su tenacidad. Este franco-canadiense es el padre de Sea Around Us, un proyecto con sede en el Instituto para los Océanos y la Pesca que estudia el impacto de este sector en los ecosistemas marinos del mundo.
Su trayectoria ha sido reconocida con el Premio Fronteras del Conocimientoen la categoría de Ecología y Biología de la Conservación que concede la Fundación BBVA, cuyo acto de entrega se celebra hoy en Bilbao, donde se realiza esta entrevista.
¿Qué impacto ha tenido la pandemia en la salud de los mares?
Hay un mayor impacto en la pesca artesanal, que está sujeta a la legislación local, lo que impidió en muchos sitios que durante un año se pescara y comerciara, respecto a la industrial, que apenas se ha visto afectada. A los grandes armadores les importa un bledo que una tripulación se contagie de Covid en alta mar.
En una entrevista de 2009 dijo que en la próxima década conoceríamos cuál iba a ser el futuro de nuestra civilización. ¿Lo sabe ya en 2021?
Predigo que cada vez contamos con menos tiempo, que se acortan los plazos. Las flotas pesqueras industriales dependen totalmente de los subsidios y están más que nunca a merced de los gobiernos. La OMC está negociando el fin de las ayudas a la pesca, lo que reduciría la producción de las grandes flotas. España tiene una voz importante en este tema porque en este sector es a Europa lo que es China a nivel mundial.
Entonces, no ha mejorado la situación.
Al contrario. Ya no existen nuevos caladeros. España pasó de pescar en la cornisa cantábrica al golfo de Gascuña, luego al Atlántico Norte y ha acabado en Canadá. Las naciones pesqueras no han dejado de ganar terreno. Si todos los países van a los mismos caladeros, la pesca se acabará. La estrategia más razonable sería volver a casa, reconstruir las poblaciones pesqueras propias. En EEUU se está intentando, no así en Europa.
¿Por qué?
El Parlamento europeo tiene ese mandato de reconstrucción. Impone cuotas pesqueras, pero siempre aparece un ministro que las aumenta, se produce un sabotaje.
España es un país que consume mucho pescado y tiene una gran flota pesquera, pero en los mercados no dejan de verse pescados y mariscos importados.
Así es, el tema es que resulta muy difícil prever cuándo se producirá el colapso, porque estamos ante un desgaste constante, pero lento. Los productos locales son sustituidos por importados. He visitado la lonja de Valencia y, por ejemplo, no encuentras bacalao, sin embargo sí puedes comprar peces del Índico, lo que es absurdo. Hemos diezmado los caladeros locales y vamos a por los otros. Todas las pesquerías están integradas, no son independientes porque no hay reemplazos. Se acaba aquí la merluza, pues se trae de Sudáfrica. El consumidor no se da cuenta de la caída de calidad o del cambio de tamaño. La crisis de la pesca funciona igual que el calentamiento global, es paulatino y también lento, da la falsa sensación de que no es algo urgente de afrontar.
¿Considera que los negacionistas de la crisis pesquera piensan de la misma manera que los del cambio climático?
Sí. Cada vez que hay un debate científico convergen opiniones, hay discusiones con argumentos y experimentos. Un astrónomo con puede discutir con otro la distancia que hay, por ejemplo, con una determinada estrella. Ese debate se resuelve en algún momento, el problema es cuando aparecen por medio intereses comerciales cuando se dilucida esa cuestión. Estos intereses provocan un diálogo de sordos. Los pescadores le echan la culpa al cambio climático de la falta de peces y en parte tienen razón, pero no suelen hablar de la sobrexplotación.
¿Cómo afecta que los bancos de peces estén emigrando por el calentamiento global?
En España se pescan los peces que antes estaban en Marruecos, en Reino Unido tienen los que estaban en España y en Canadá, los que había antes en México. Los stocks se mueven una media de 10 kilómetros al año.
¿Generan tensiones geopolíticas estas migraciones?
Claro. Un ejemplo de eso es la caballa. Dinamarca, Noruega e Islandia firmaron un acuerdo para la explotación de los caladeros de las Islas Feroe. ¿Qué ha sucedido? Las caballas se han trasladado a aguas islandesas y ahora este país quiere salirse del tratado porque ya no lo necesita. Cierto que todavía no se han producido conflictos entre países, pero ya hay tensiones.
¿Desaparecerá la pesca industrial si se cortan las ayudas"
La mayor y más dañina, seguro. Piense que en la pesca de altura hay muchos esclavos en los barcos del mundo, que trabajan en buques oxidados y obsoletos porque este negocio no puede subir sus costes para ganar dinero. El pescado es demasiado barato, eso se debe a los abusos laborales y a los subsidios. Debería ser un alimento privilegiado, no de consumo diario, como sucede en países ricos que importan pescados y mariscos.
En la pesca dice que hay muchos piratas, ¿somos los españoles piratas?
En las flotas grandes hay muchas malas prácticas, porque están fuera del radar. Es como si no hubiera una policía de tráfico, circular sería un caos. El hecho de que puedas hacer lo que quieras en el mar es para mí el problema. Por eso tienen esa etiqueta los españoles y los chinos, pero no es por un comportamiento distinto a los demás, sino por su gran tamaño como potencias pesqueras.
¿Por qué entonces la pesca importa tanto a los políticos si su peso económico es tan bajo?
Es un misterio. Creo que porque se tiene una imagen romántica de ella. El consumidor no sabe que estamos ante un monstruo industrial, un lobby que nos engaña haciéndonos creer que esto es una labor artesanal, una fantasía, realizada sólo por hombres aguerridos que salen cada mañana a ganarse el pan. En ese sentido el cine y la literatura tienen mucha culpa. Si la gente viera el horror y la carnicería de la pesca actual, se perdería ese halo romántico que tiene. Creo que en algún momento vamos a superar la pesca industrial pero no será gracias a una legislación pesquera sino por la que va concernir al cambio climático.
https://www.elmundo.es/papel/historias/2021/09/21/6148b4cd21efa0f40c8b463c.html