La Fiscalía solicita una condena de tres años de cárcel para una mujer de 31 años a la que acusa de agredir, insultar y vejar a su hija de 13 años de edad tras descubrir su adhesión al movimiento LGTBI en redes y su condición homosexual.
La niña, que residía en el municipio mallorquín de Ses Salines junto a su familia, de origen marroquí, acabó bajo la tutela de la administración pública insular, que ha denunciado los hechos y pide por su parte una pena de seis meses de prisión para la madre.
Según esgrime la acusación, la mujer presuntamente agredió y vejó a su hija en el domicilio familiar en la noche del 1 de noviembre de 2020.
Se le atribuye haber reaccionado de forma violenta al descubrir que la chica había colgado la bandera arcoíris en su perfil de la popular red social Instagram. Al verlo, entró en su habitación y comenzó a hostigarla. Eso, sumado al hecho de que habría tenido conocimiento de que mantenía una relación con otra chica, enfureció a la progenitora.
Según la reconstrucción que hacen las acusaciones, que próximamente deberá ser sometida a juicio en Palma, y de la que ha informado Diario de Mallorca, la madre insultó a la hija espetándole frases como: "Para mí siempre serás una perra, siempre serás basura". Luego le agarró del pelo y la golpeó repetidamente.
Cuando la hija intentó hablar sosegadamente con ella tras un acercamiento de la madre, volvió a ser agredida. Le lanzó un servilletero y le dijo que por ella "no merece la pena gastar en luz". Finalmente, al darle la chica la espalda para irse y huir, su madre le escupió, según la acusación.
La víctima sufrió contusiones en la cara, el hombro y la espalda, así como secuelas psíquicas, como falta de autoestima, apatía y ansiedad. Ha tenido que estar en tratamiento psicológico a raíz de estos hechos y está bajo tutela del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales, el organismo que se encarga de dar protección y tutela a los menores más vulnerables.
La Guardia Civil se hizo cargo de la denuncia, en la que la Fiscalía ha intervenido reclamando una pena de tres años de prisión. En cualquier caso el asunto debe ahora ser sometido a juicio ante un juzgado de lo Penal en Palma.