"¡Suspendan inmediatamente esto!". "¡Esto está prohibido!". Con esos gritos irrumpió el viernes en la parroquia de San Servando y San Germán, en el barrio gaditano de La Laguna, la Policía Nacional para impedir que siguiera celebrándose la misa diaria, a la que asistían una quincena de feligreses. Testigos de lo ocurrido han denunciado la fuerza y el abuso de poder de una actuación policial que siguen sin entender, ya que el Real Decreto del Gobierno que regula el estado de alarma permite el culto en las iglesias.
En concreto, ese Real Decreto establece en su artículo 11 que la asistencia "a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las fúnebres, se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro". Y en este sentido, desde la parroquia de San Servando y San Germán se asegura que en el interior del templo "se guardaban escrupulosamente todas las medidas de seguridad", con los asistentes debidamente separados en el interior de una iglesia que ciertamente es de grandes dimensiones.
Extracto del Real Decreto que regula el culto durante el estado de alarma
Pese a todas estas medidas, y pese a cumplir -previsiblemente- lo prescrito en la ley respecto al culto en las iglesias, la Policía Nacional "empleó nada menos que ocho agentes" en irrumpir en el interior del templo, obligando a suspender la misa que en esos momentos se estaba celebrando. "Nos amenazaron con abrir un expediente, sin dejarnos explicarnos", cuentan testigos de lo ocurrido. Además, aseguran que los agentes obligaron también a interrumpir la grabación que en esos momentos se hacía desde un teléfono móvil "ya que las misas las grabamos para aquellos feligreses que no asisten puedan participar desde sus casas".
Bonito estado policial nos esta quedando