Una veintena de mujeres de origen subsahariano han denunciado a la Guardia Civil el acoso al que según ellas son sometidas desde hace algunas noches por parte de vecinos y trabajadores de Magaluf, a quienes acusan de cometer un delito de odio.
Las mismas mujeres que cada noche aprovechan el estado de embriaguez de los turistas británicos para atracarles, la mayoría de veces de forma violenta, se presentan ahora como víctimas. Pero no de las peligrosas mafias que las controlan y en muchos casos las obligan a ejercer su actividad delictiva, sino de unos residentes que están ya hartos de ver cómo, año tras año, el problema no decrece sino que parece ir en aumento, en una situación que se vive en Magaluf pero también con la misma intensidad en la Playa de Palma.
Las prostitutas, ante las que la Policía Local y la Guardia Civil admiten no contar con las herramientas legales para acabar con su actividad, quieren ahora aprovechar el Código Penal español para acusar de delito de odio a quienes han dicho "basta ya", y que la madrugada del pasado viernes practicaron un escrache bajo el lema "you are not welcome" ("no sois bienvenidas"). Trabajadores y vecinos de la zona de Punta Ballena estuvieron siguiendo muy de cerca durante algo más de una hora todos los movimientos de estas mujeres, ante la atenta mirada de la Guardia Civil, que no observó ninguna actitud punible en ninguna de las partes.
Según la denuncia, que cuenta con el aval de Médicos del Mundo, la situación se ha repetido en varias ocasiones, por lo que exigen ahora la protección del Instituto Armado, que tiene precisamente en ellas, y desde hace ya varios años, uno de sus principales quebraderos de cabeza para la seguridad nocturna de esas zonas turísticas, como han denunciado también repetidamente las asociaciones de comerciantes.
Precisamente el pasado miércoles, el alcalde de Calvià, Alfonso Rodríguez Badal, escribía una carta abierta a la delegada del gobierno en las Islas, María Salom, para reclamar un apoyo más intenso de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a la hora de hacer frente a esta problemática.
Ayer mismo, el propietario de un bar de copas ubicado en Punta Ballena denunciaba públicamente a través de Radio Calvià haber sido él mismo víctima del acoso de tres de estas mujeres, que ahora, además, buscan protección policial para ejercer su actividad.
Fuente;
http://www.elmundo.es/baleares/2018/06/01/5b105791268e3eae618b4602.html
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Que os parece esta situación? El turismo de borrachera que tiene Magaluf es un problema bastante grave pero estamos llegando a unos límites que no son ni medio normales.
Respecto a la noticia, como puedes denunciar a tus vecinos por “delitos de odio” porque no te dejan realizar una actividad que teóricamente es ilegal?
Se que una vez hecha la ley, hecha la trampa, pero esta situación me parece algo irreal... como lo notáis los que vivís por ahí?