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Es que Grecia, económicamente, por mucha protesta que haya, no tiene solución más que seguir endeudándose con rescates y artimañas financieras beneficiosas para las grandes entidades bancarias. En Grecia han estado viviendo de un sueño a sabiendas de que era un sueño (hablo de los políticos, puesto que la deuda pública no se emite sola y la contabilidad no se falsea por arte de magia). Pero bueno, Grecia desde su creación como Estado democrático arrastra deudas enormes que no pagó en su momento (hablo de la Dictadura de los Generales).
Primeramente, Grecia no debería estar en la UE porque en su día, gente de Goldman Sachs les ayudó a falsear parte de los documentos necesarios para su entrada en la UE (encima de manera bastante cutre, creo que con un simple cambio de divisa), documentos sin los cuales seguirían con su dracma y su soberanía bien intacta, pero en época de bonanza, chupar del Euro era demasiado tentador como para no intentarlo.
En España hay margen de recuperación y de mejora, esto no es Grecia, no tenemos un 180% de deuda/PIB ni una estructura empresarial débil y tan dependiente como la griega. Nuestro problema no fue en su momento la deuda pública, que siempre cumplió con el requisito establecido por la UE (cosa que Francia y Alemania no hicieron pero a nadie le importó), sino más bien la deuda privada. La financión de las economías domésticas y de las empresas dependía del crédito, y cuando éste cayó debido a la crisis financiera, todo se vino abajo en el sector privado, para lo cual el Estado se endeudó (pues tenía margen para hacerlo en esa época, y la mayoría de la UE lo hizo) y de aquellos polvos estos lodos. A lo que se sumó el pánico deficitario, impulsado por las grandes entidades financieras, poseedoras de deuda pública, y que veían que tanta emisión de deuda no era normal y la recuperación de la inversión peligraba (y de ahí la entrada de las agencias de calificación como árbitros del estado de la deuda, etc. etc.), empezaron a crear en los grandes entes económicos mundiales (BM, FMI, BCE, UE, Fed...) la necesidad imperiosa de reducir como fuese ese déficit, con tal de asegurar la solvencia de la deuda que ellos habían comprado.
Total, que han socializado las pérdidas privadas en beneficio de los grandes capitales financieros y empresariales, por las cuales estamos pagando todos con los recortes en gasto público social.
Esto podría parar, podría mandarse al traste a todos esos desgraciados que especularon con la deuda de todos los países de la UE al carajo, decirles que el 80% de la culpa también les pertenece a ellos por inflar miles de burbujas que fueron estallando una detrás de otra (sabiendo que esto iba a pasar en el medio o largo plazo, pero iba a pasar y sálvese quien pueda). Pero claro, si de repente te encuentras que los que tienen que recuperar la deuda en la que invirtieron son dirigentes de estas entidades (Draghi del BCE, Monti primer ministro italiano, Papademos primer ministro griego, todos con cargos en el BCE y anteriores consejeros de bancos de inversión como Merryll Linch, Goldman Sachs, JP Morgan, Lehman Brothers, UBS, Deutsche Bank, etc. etc.) y que los demás, en su mayoría, son bancos alemanes, franceses y belgas pues te das cuenta de que no vas a conseguir una mierda saliendo a la calle a gritar "¡eh tio dejadme de robar, por favor!" porque no piensan hacerlo, ya que consideran que ese dinero es suyo y piensan recuperarlo aunque tenga que morir gente en la espera de Urgencias de los hospitales. Además, no son ellos los que se amargan esperando 5 meses para una radiografía, ni sus hijos estudian en barracones, así que a ellos la reducción del gasto público social se la trae al pairo, como si nos meten en fosas comunes el día del Juicio Final.
Pero claro, para eso tendríamos que empezar por mandar a la mierda a los expertos, que no son otra cosa que economistas neoliberales con inversiones en deuda soberana de países en crisis; encerrar a los políticos y empresarios corruptos que se han aprovechado del endeudamiento en las comunidades autónomas para su propio beneficio con artimañas ilegales; alejarnos de los think tanks como la Fundación FAES o Fedea que nos van a contar el mismo sermón del déficit; romper con la fanática política antideficitaria europea; acabar con las agencias de calificación al servicio de los grandes fondos de inversión y, partiendo de esa base, acabar con la cultura del sector servicios, la inversión en I+D+i, los privilegios eclesiásticos y de las SICAV, luchar contra el fraude fiscal y en definitiva, cargarnos esta mierda de modelo económico de caña y tapa, sol y playa, ladrillo y piscina.
Y, si no es mucho pedir, exigirnos a nosotros mismos un poco más de rigor económico y de seriedad laboral, que sí, la reforma laboral es un abuso indigno, pero también lo eran las pausas de 2h para almorzar, no ir al trabajo por tener 36,9º y pedir créditos para pagar comuniones y bautizos.