#76 de ahí lo que he dicho de que no hace falta decir que estudiamos eso para dar más credibilidad. La credibilidad se da cuando haces una buena actuación profesional, tienes cabeza y te formas por el bien de tus futuros pacientes (o a lo que quiera dedicarse alguien que estudia psicología, que no necesariamente es atender a personas).
Lo único que tengo que decir es que, al menos en España, nos han vendido los psicofármacos como "solución" a ciertos trastornos (sobre todo los de personalidad más chungos, como es el TLP), o depresión. Aunque en la facultad (y es obvio si te estás formando como psicólogo), se hace hincapié en psicoterapia. Hay mucho debate de uso de fármacos en muchos trastornos, puesto que se ve que cronifican más que ayudan. Pero es algo peliagudo, ya que de momento no hay solución a largo plazo. Recordemos, por ejemplo, que los trastornos de personalidad no se curan y suelen ser egosintónicos. Lo que se intenta es dar pautas a esas personas para que puedan, de algún modo, poder convivir en una relativa armonía con ellos mismos y con su medio.
El problema es que la gente cree más en la eficacia de los psicofármacos porque una terapia cuesta más dinero, más tiempo y más implicación. Y hay mucha gente que no tiene ni ganas, ni recursos, ni tiempo. Cosa que habría que fomentar, que la salud mental no es ningún chiste.
Mi mensaje, simplemente, era para decir que me parecen muy atrevidas afirmaciones como que la psicología es como la homeopatía y demás. Hay profesionales bastante bien formados, con criterio y eso. Ya he dicho que también hay muchísima morralla y los motivos de esto, pero echar por tierra la ayuda que puede ofrecer un buen profesional; me parece, de nuevo, atrevido. Además, un problema es que la salud mental es bastante infravalorada por las personas y es algo así como un "ente subjetivo". A nadie se le ocurre decir que para tratarte la diabetes "con la familia y los amigos, basta"; sin embargo cuantísimas veces he oído que los problemas emocionales se arreglan con birras y colegas. En fin, hay mucho que hacer y desmitificar. Y así vamos, cada vez con más suicidios, ansiedad e incidencia de trastornos.