A raíz del hilo de Ryanair, he pensado en explicar nuestras experiencias más odiosas con las aerolíneas.
Empiezo yo:
La peor que recuerdo fue en un viaje a Dublín (Ryanair). El avión intentó aterrizar tres veces y al no poder, nos dejó en Belfast (sin pasaporte porque Dublín es UE y no es necesario, Belfast no). Dos horas para poder bajar del avión, y una vez fuera, una cola de otra hora.
Llegamos a control de aduanas y nos tocó un hombre borde, gordo, bigotudo y con el acento más cerrado que he escuchado en mi vida. No le entendíamos NADA.
Al final después de repetirle varias veces que nosotros no debíamos estar allí y que por eso no teníamos pasaporte, no sé qué demonios nos preguntó, que mi mujer y yo dijimos yes y nos dejó pasar.
Una vez en el aeropuerto, nos dicen que los de Vueling los llevan de vuelta a Barcelona, y los de otras compañías ya estaban viaje a Dublín en bus.
Con mi mujer embarazada de 7 meses, estuvimos esperando 4 horas al bus... Para que al final nos dijeran que estaba en Dublín y que lo podríamos coger una vez regrese a Belfast.
Ya era tarde, muy tarde, y me alié con un español que llevaba años en Dublín y que si alguien me tenía que sacar de allí, era él.
Se puso a mirar buses a Dublín y el último salía de la estación de Belfast en media hora, un poco más de lo que se tardaba en coche del aeropuerto a la estación. Al final Miguel para un taxi, nos subimos, el taxista hace parada en algún lugar pera recoger a un colega (WTF VAMOS JUSTOS HDP) llegamos a la estación de autobuses y resulta que en los carteles ponía que no aceptaban euros ni tarjetas
Corre a buscar cajero de cambio y cambia. Evidentemente pierdo pasta en dicho cambio y POR FIN LLEGA EL BUS. Nos ponemos a la cola y veo que el de delante paga en euros y el siguiente en tarjeta.
A la hora de pagar el chófer nos aumenta el precio del ticket por la patilla, le discuto que ese no es el precio y que no llevo más efectivo. pero al final pago con la ayuda de Miguel que le había sobrado algo de cash (me quería quitar el efectivo de encima).
Y tras 4 horas de bus (hacía algunas paradas) más todas las horas que llevábamos encima, llegamos a Dublín.
Gracias a Miguel por salvarnos la vida a mí, pero sobre todo a mi mujer. Siempre en mi recuerdo