Dicen que la generación de los millennials se caracteriza el egoísmo, el hedonismo desmedido, el individualismo pero ya casi patológico; nada les vale, nada les sacia, lo quieren tener todo y no quieren renunciar a nada.
Hace ya como un año que empecé a leer sobre relaciones no monógamas y, aunque al principio lo vi curioso y hasta me parecía, desde la fría lógica, razonable, cuanto más lo escucho más se me atraganta. Hay un auge de este tipo de relaciones, dicen. Lo dicen los periódicos, lo dicen las revistas, lo dice la prensa digital... "El fin de la monogamia", "Cómo las relaciones abiertas salvarán tu matrimonio", "Pasos para liberarse de una relación tradicional". En estos artículos, la mayoría de las veces te intentan convencer de que su punto de vista es el correcto, el evolucionado, el que nos permite ser libres y felices. De que la monogamia no es natural. Y se hace apología de la infidelidad de una forma que yo me quedo... muerta. O sea... ¿desde cuándo ser infiel es algo positivo?
En definitivas cuentas, ¿se ha vuelto el mundo loco? Porque a mí me parece todo una puta locura, y eso que he leído mucho para tratar de entenderlo y respetarlo. Pero cada día me cuesta más. Seré políticamente incorrecta, tradicional, chapada a la antigüa... Lo que queráis, pero no puedo ser la única que lo está flipando.
Por ejemplo, dejo una pregunta, puesto que lo he leído y oído en varias ocasiones: la gente que tenéis pareja y decís que no os importa si se tira a un tío o una tía, ¿en qué momento llegasteis a esa conclusión? ¿Qué sentís sabiendo que se ha tirado a alguien más? ¿De verdad estáis tan a gusto con el hecho?