Quemados hasta la muerte entre aplausos por un bulo de Whatsapp que les acusaba de robar órganos a niños
Su muerte fue jaleada y retrasmitida en directo a través de Facebook.
La multitud estaba congregada frente a la comisaría. Excitada, expectante y con sus móviles en lo alto apuntando hacia la puerta. Segundos después, una gran llamarada se eleva hasta el primer piso del cuartelillo: dos hombres acaban de ser quemados vivos y el público estalla en un sonoro aplauso. Además de los cientos de personas que abarrotan la plaza, hay otras miles enganchadas a un directo de Facebook en la pantalla de su smartphone. Observan entre emojis como dos personas acusadas de secuestrar a niños para vender sus órganos son cruelmente asesinadas. Se llamaban Ricardo y Alberto Flores y no habían cometido ningún delito.
"Por favor, todos estén alerta porque una plaga de secuestradores de niños entró en el país. Al parecer, estos criminales están involucrados en el tráfico de órganos... En los últimos días, desaparecieron niños de 4, 8 y 14 años, y algunos fueron encontrados muertos y con signos de que se les habían extirpado órganos. Sus abdómenes habían sido abiertos y estaban vacíos". Este mensaje de Whatsapp llevaba días circulando como la pólvora por todo México y había servido para activar un estado de paranoia y desconfianza entre la población.
Cuando tío y sobrino estacionaron la camioneta cerca del colegio los vecinos comenzaron a ponerse nerviosos y fueron abordados por un grupo de personas. Tratando de evitar males mayores, la policía los arrestó por "alteración del orden". El bulo había encontrado a sus villanos. La noticia de su detención corrió como la pólvora y la gente comenzó a agolparse a las puertas de la comisaría exigiendo "justicia colectiva". El asedio a la comisaría, su asalto y el posterior linchamiento de los dos inocentes duró poco menos de dos horas. Los condujeron hasta la puerta y los mostraron como trofeo a la multitud. Según los vídeos, Ricardo perdió el conocimiento mientras le golpeaban. Sin embargo, Alberto no tuvo tanta suerte. Ambos fueron rociados con gasolina y prendidos fuego.
El "robachicos" nunca existió. No existe constancia de ninguna banda que robase órganos a niños. Todo fue una maledicencia. Un bulo de Whatsapp.
https://www.elmundo.es/tecnologia/2018/11/14/5beb0d74ca474132048b45d9.html
Las fake news son un problema muy serio. Parece un capítulo de Black Mirror.