«Decía Unamuno que el racismo se cura viajando. A veces viajar es tan fácil como sentarse a la mesa con una persona de un país distinto al tuyo y el racismo… el racismo entonces se cura comiendo.
En un pueblito guipuzcoano de menos de 500 habitantes, Beatriz Eguskitza preparaba el año pasado un bacalao a la vizcaína. Como otro domingo cualquiera, iba a comer con su hija e iban a venir también su hermana, su cuñado y sus dos sobrinos pequeños. Una comida típica en familia. La diferencia esta vez es que a casa venían a comer también tres absolutos desconocidos de dos países en los que Eguskitza nunca había estado: Ziad y Lhassan, originariamente de Marruecos, y Tarana, de Azerbaiyán.
Dos familias, tres países distintos, alrededor de un buen plato de bacalao. Ese mismo día, en muchos otros pueblos y ciudades de Euskadi, más de 2.000 personas hacían lo mismo en otras 214 comidas interculturales. 214 viajes alrededor de una mesa.
Están aquí pero están a parte, no compartimos espacios pero nos cruzamos por la calle», explica. «Una vez que entran en tu casa empiezas a ver a la persona de otra forma, conoces su historia, etc. Cuando te relacionas, cambia totalmente tu perspectiva».
Esa fue precisamente la idea inicial de la que surgió la iniciativa. «En 2010 viajamos a Praga y conocimos el proyecto La Familia de al lado (Next door Family) que una pareja de refugiados bosnios había iniciado allí en 2004. Nos gustó mucho y quisimos replicarlo aquí», explica Anaitze, de SOS Racismo Guipuzkoa.
Según los últimos datos de la Encuesta Social Europea (2014), la población se muestra en general a favor de políticas que favorezcan el refugio y asilo de personas extranjeras. Otro reciente estudio elaborado desde London School of Economics expone que los europeos están más dispuestos a aceptar extranjeros con un alto potencial de empleabilidad, que sean especialmente vulnerables y que sean cristianos.
Aceptamos al otro sólo con condiciones y en la mayoría de ocasiones, los vemos —nos vemos— pero no nos acercarnos. «Estas comidas son para muchas personas una manera de construir puentes y de activarse en positivo. Sabemos que somos muchas las personas, autóctonas o extranjeras, a las que nos gustaría dar el paso del acercamiento, pero no encontramos el espacio o la oportunidad.»
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Fecha del artículo: 31/10/2016
¿Habéis participado en alguna experiencia de este tipo u os gustaría experimentarla?
Saludos.