Comprobar la inocencia de los niños es realmente fascinante, y en este caso no lo es menos. Cuando sus mentes no han sido mancilladas por las ideas de unos cuantos y aún no se han dejado llevar por los prejuicios de la religión, de sus mayores o de sus culturas en general, es cuando podemos ver la realidad del ser humano. Ya nos lo contaba Mary Shelley en Frankenstein: El ser humano es bueno por naturaleza.
Y así lo demuestra este chico. Desconozco su edad (aunque no le echo más de cinco años), la situación en que fue tomada o cuándo se grabó el vídeo, pero su sorpresa al ver a una pareja homosexual y su posterior indiferencia dice mucho, muchísimo sobre la verdadera naturaleza de la homosexualidad.
Evidentemente se muestra confundido, es la primera vez que veía a dos hombres que son pareja: ?¿Pero entonces vosotros os quereis??, pregunta inocentemente. No lo dice porque le parezca mal, simplemente porque no lo ha visto antes en otro sitio. Pero ahí lo teneis, una vez aprendida la existencia del amor entre dos hombres, al crío le da absolutamente igual; ni les pega, ni les odia, ni huye despavorido ante tal "perversión". No, sólo le interesa jugar al ping-pong e invitar a sus nuevos amigos a acompañarle si lo desean. Más de uno debería dedicarse a eso, a jugar al ping-pong en lugar de seguir tocando las pelotas.