Buenas noches mediavideros, tal y como dice el título, soy un superviviente de las cargas del 22M. No es una exageración decir que aquello fue un auténtico infierno, una de las mayores batallas campales que se han producido en años. Y yo participe en ella, en el mismo núcleo de la acción, sin moverme nunca de la 1a o 2a fila. Lo que os voy a contar es 100% verídico, no hay mentira ni la menor exageración en ello. Nunca, repito, nunca me había sentido tan vivo.
Dado que es muuuy largo de explicar (la batalla duró más de una hora) lo iré poniendo por partes.
PRIMERA PARTE
¿Cómo empezó este episodio de violencia? Lo recuerdo a la perfección, cerca de las 9 de la noche, en la última congregación de la plaza Colón. Nabucco: el coro de los esclavos hebreos cantado por un coro de catalanes al fondo. Dos colegas, yo y un par de manifestantes anónimos nos pusimos frente a uno de los furgones policiales que se disponía arrancar para iniciar la corralada, esperando a que no se moviera para que no pudieran cerrar las calles. Entonces fue cuando estalló: los antidisturbios apostado al otro lado de la calle descendieron en picado hacia nosotros. La primera parte de la historia está condicionado por el arresto de uno de mis compañeros:
En un arrebato de locura, mi colega alzó su bandera tricolor y avanzó hacia el pelotón para ondearla frente a sus narices. Pensaba que daría la vuelta lo suficientemente rápido para zafarse, pero entonces un policía le agarró del brazo para derribarle por completo con un porrazo en el costado. Segundos después se retorcía en el suelo mientras otros dos picoletos lo arrastraban como un peso muerto.
La primera carga también nos pilló en mal momento a mi otro colega y a mí, que atónitos observabamos como se llevaban a nuestro camarada (primer arresto de las cargas) a uno de los furgones, mientras arrastrábamos una valla para crear barricadas junto a una decena de manifestantes furiosos. Latas de cerveza, palos, botellas, piedras y petardazos. Uno estalló a un metro de mi pierna a la par que lanzaban artificos de los que estallan en el suelo y se convierten en centenares de chispas contra los policías, quienes retrocedieron espantados.
Los antidisturbios emprendieron la segunda carga que acabó con otros dos chavales detenidos mientras el resto huíamos como perros, tirandoles todo lo que teníamos a nuestro alcance. La batalla era un constante corre que te pillo entre manifestantes y antidisturbios, quienes no reaccionaban hasta que los policías cargaran, para después volver con la lluvia de objetos arrojadizos. Al principio estábamos en el boulevar del Paseo de Recoletos, luchando como podíamos. Barricadas con andamios, cubos de basura ardiendo, piquetes de policías aguantando la lluvia de pedradas. Tampoco obviemos la ducha de insultos y ¡MADEROS HIJOS DE PUTA! que recibieron los agentes en todo momento: el estruendo de los golpes apenas podía aguar con los gritos de los manifestados. Mientras tanto, en un café cerrado, los clientes nos grababan desde dentro como animales en el zoo, mientras tomaban su consumición tranquilamente disfrutando del espectáculo.
Los camaradas llegaron a una conocida terraza de la zona que tenía las sillas expuestas al público, pero no su cobijo como escondite. Los manifestantes cogieron todas las sillas y mesas que pillaron y las que no usaban para formar barricadas las lanzaban contra los furgones de policía, mientras en la carretera los lanzacohetes caseros y las hogueras express adornaban la calle con llamas y humo.
20 minutos de violencia y batalla campal que acabaron por espantar a decenas de policías y destrozar un par de furgones (por no añadir todo lo que se encontraban a su paso). Los manifestantes formaron una especie de barricada humana en el tercer cruce, justo cuando los refuerzos empezaban a llegar por la carretera. Entonces ocurrió algo que cambió el curso de los hechos...
SEGUNDA PARTE
El camión de los bomberos hizo su entrada en escena de la mejor manera posible. Abalanzándose hacia las filas de furgones policiales, hizo retroceder a las masas de picoletos que se preparaban para otra carga. Gente subida en el camión con banderas, manifestantes recargando la munición con las piedras de la fuente del Paseo de Recoletos y una congregación espectacular en la zona del césped.
Un grupo de diez antidisturbios quedó solo ante las filas de manifestantes, que enseguida devolvieron el golpe cargando contra ellos. Palazos, pedradas, patadas, hostias limpias y filas enteras de policías que empezaron a unirse tuvieron que retroceder espantados por las fuerzas contrarias. En un principio les hicimos retroceder una barbaridad, hasta que los refuerzos llegaron al este y al oeste y volvimos a retroceder hasta la plaza Cibeles, creando barricadas a nuestro paso.
Destrozaron la mayoría de paradas de autobus y un par de furgones a pedradas. Entonces fue donde llegamos al Paseo del Prado, donde una enorme congregación de policías nos esperaba a la mitad del este, mientras los refuerzos llegaban por donde habíamos venido. Aquí fue donde se disolvió la gran mayoría de nuestra turba...
Aquí os dejo la noticia y unas cuantas referencias más.
http://www.elmundo.es/madrid/2014/03/22/532de8c8268e3eeb178b4576.html
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.771785522845045.1073741837.170044186352518&type=1
VIDEOS
Mi amigo siendo detenido (al principio del video)
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