Bien, antes que nada comentar que estoy muy quemada con lo que voy a contar, así que si en algún momento respondo a alguien como no debo, pido perdón de antemano.
Os preguntareis entonces que narices hago aquí. Bien, dado el titulo del post no es demasiado complicado, pero voy a explicar hasta donde considere oportuno y no con demasiados detalles, lo siento, quizá a medida que vaya contando me animo a redactarlo más.
La cosa es que tengo un muy buen amigo (y digo amigo porque no ha pasado absolutamente nada con el, al menos no físico, no vivimos en el mismo lugar) con el que se me han ido las cosas de las manos. Por explicarlo de alguna manera que me resulte fácil, nos enseñamos las cartas admitiendo todo lo que había entre nosotros, pero aceptamos que era un juego que en el que no podíamos participar, así que la partida se quedó ahí.
Seguimos hablando y sin darme cuenta empecé a actuar con el como algo más que un amigo, me refiero al hecho de contarle cosas realmente importantes para mi, al hecho de dejar que me conociera como soy realmente (con un amigo tengo ciertos límites sobre mi misma, soy así y me da pánico que me conozcan demasiado, ya me han dado muchas patadas). La verdad es que yo no fui consciente de eso hasta que un día me dijo algo acerca de mi y me entró pánico por lo que había hecho, no por el, sino por mi, porque el siempre me ha marcado su límite de amistad y yo marqué el mio, bueno... o eso creía, ahora mismo me considero una estúpida por dejar que se me fuera de las manos.
Añadiendo datos a la historia, el tuvo una novia durante unos 8 años. Cuando yo le conocí no estaban juntos, es decir, no juntos como novios, pero se seguían viendo con todo lo que "verse" implica. De repente, ella empezó con otro chico... No, no fue mi oportunidad de atacar, por que en ese entonces yo no sentía lo mismo por el (lo mismo que ahora), simplemente estuve cuando me necesito y nada más. Pero ¿qué pasa? que el jodido roce hace el cariño, ¿no?... Ella siguió llamándole cada X tiempo, diciéndole que le echaba de menos y no se que más, algo que luego se transformaba en un día horrible para el porque la sigue queriendo y me cabreaba, no por celos, no lo eran, simplemente se escapaba a mi entendimiento que alguien pudiera ser así de egoísta... Hasta que hace unos días, todo eso se volvió rabia y celos de verdad, aquí empezó mi problema, pero me mordí la lengua y me callé.
Ella volvió a llamar... para quedar, supuestamente ya no estaba con el otro chico. El me contó que, bueno, en resumidas cuentas quedaban para volver o para decirse adiós definitivamente; asumí que volverían y el terminó admitiéndolo, pero para mi sorpresa resultó que el le dijo adiós porque ella no había hecho los deberes (no se que significa eso, el no esta muy bien que digamos así que le dije que no era necesario que me lo contara). Qué decir, el no cree en las relaciones a distancia y yo ya tuve mi ración... No quiero volver a pasar por la misma impotencia, no quiero, pero me quema por dentro.
Bien, al asumir que volvían perdí el control interno sobre mi misma, sí, soy de las personas que no pueden reprimir sentimientos y necesitan expresarlos. Me dije a mi misma tragarme todo aquello y callarme, no joder las cosas entre nosotros... Pero me resultó imposible. No es que no haya intentado hacer mil cosas para no agobiarme, pero da igual lo que haga, para cuando quiero darme cuenta me encuentro pensando en todo esto y me vengo abajo... Ya no se que hacer para olvidar el tema.
Cada vez que mi lógica toma el control y me dice "resígnate", yo confío en que ella mantendrá las cosas, pero al momento me veo hundiendome porque mis sentimientos pueden contra toda lógica y lo estropeo aun más.
Hemos llegado al punto en el que dejará de hablarme durante un tiempo, cosa que yo intenté hacer pero soy jodidamente subnormal y terminé cediendo ante mi misma...
Los problemas empiezan cuando al otro lado de esa relación a distancia se encuentran tus verdaderos sentimientos.
No se que pretendo obtener contando todo esto, quizá solo desahogarme o tal vez, alguna solución a mi extremada estupidez.
Siento la parrafada.