Reverte, todo un crack

Cryoned

Ava Gardner Nunca Mais

Se han cabreado ciertas erizas por mi artículo del otro día, quejándome de que apenas se ven señoras como las de antes: mozas de bandera a cuyo paso temblaba el suelo y se cortaban las respiraciones masculinas. Decía yo que, en vez de Sophías Lorenes, Graces Kellys y otras espléndidas hembras homologadas como tales, lo habitual hoy es toparse con adefesios patosos, lorzas sudorosas y fulanas ordinarias, espatarradas y con chanclas. Y a mis primas les ha sentado mal, sobre todo lo de las lorzas. Además de llamarme machista, neonazi, cabrón con pintas y ciscarse en mis muertos, alguna pregunta qué tengo contra las gordas. Etcétera. Eso me lleva a la conclusión de que no han captado el fondo del asunto, así que voy a explicarlo más claro, por si catorce años de perífrasis y circunloquios impiden entenderme cuando cuento algo. Más que nada, por mi lenguaje oscuro. Además, Javier Marías, a quien mencionaba en el artículo, cuenta que a él también lo están inflando a hostias, sin comerlo ni beberlo. Y pide una rectificación: está de acuerdo con toda la nómina de señoras citadas, incluidas Kim Novak, Donna Reed y Rhonda Fleming; pero él nunca habló de Jane Rusell.

El error básico está en considerar que, cuando describo a una morsa con pantalón pirata ceñido, lorzas relucientes de grasa y camiseta sudada, me refiero al contenido, y no al continente. Quien deduzca burla o desprecio hacia las individuas abundantes es, literalmente, tonto del haba. De entrada, se equivocan las mujeres seguras de que a los hombres nos gustan las churris esmirriadas, tipo Calista Floja o Paulina Rubio. A ver si no confundimos las cosas. Ésas le gustan a Galiano –que se viste de torero–, al simpático muchacho Lagerfeld y a alguno más, hipócritas aparte. En materia carnal –lo intelectual y lo afectivo son otra cosa–, la mayor parte de los varones normalmente constituidos, por mucha literatura y mucho alpiste que echen al canario, prefiere una señora de rompe y rasga, en cuyas gloriosas caderas no se ponga el sol. Y es lógico. También, a fin de cuentas, lo que de verdad hace que a una hembra le tiemblen las piernas –se pongan las feministas como se pongan– no son los quesitos desnatados que van de malotes, ni los charlatanes lánguidos, sino los hombres cuajados con resabios del cazador y el guerrero que fueron hace siglos. Los que dejan las sábanas arrugadas debajo de una.

No se trata, por tanto, de gordas y flacas. Como afirma el título de una película, las mujeres de verdad tienen curvas. La cuestión reside en el empaquetado. Lo que no puede pretender una pava metida en kilos –y conozco a algunas que son señoras espléndidas– es meterse en una camiseta tres tallas más pequeña, ponerse un pantalón pirata que deje la raja del tanga al descubierto y rebose chicha por los flancos, no ducharse en dos días, y que encima la llamen guapa. Y si a eso añadimos la ordinariez que tanto abunda, la mala educación, la ausencia absoluta de maneras y la imitación de cuanta retrasada mental aparece en la tele dándoselas de señora, el resultado es inevitable: desagradables tocinos sin fronteras que se creen divinas de la muerte, marmotas domingueras que no saben ponerse tacones cuando lo intentan, y tías vestidas, los días de boda, con vestido largo a las diez de la mañana, como si vinieran de cerrar un puticlub de los de antes.

Para acabar, otro argumento: el de la eriza que escribe preguntando por qué diablos, si pasa el día en el curro, vuelve hecha polvo y trae a los niños del cole, tiene que vestirse de Ava Gardner en vez de ir cómoda. Aparte de la dudosa comodidad de vestir embutida como una morcilla, la respuesta es simple: no tiene por qué. Nadie la obliga, y lo de doña Ava es sólo una forma de hablar. Pero que no me exija respeto con su camiseta ceñida y sucia, su tripa al aire, su impúdico mal gusto y su desvergüenza, como tampoco me gusta el fulano de axilas sudadas, piernas peludas y chanclas que encuentro en la calle. Vestidos para matar o para ver la tele en casa, se trata de buenas maneras, nada más. En varones o hembras, esas maneras sólo pueden darse por tres motivos: genética, educación o esfuerzo personal. La plataforma Ava Gardner Nunca Mais permitirá, al menos, que quienes conocemos a mujeres capaces de combinar trabajo, casa y cole de los niños con saber cruzar las piernas, usar tacones cuando se tercia, llevar un vestido, o quitárselo, las prefiramos al resto. A una señora digna de ese tratamiento debería bastarle una tarjeta de boda como la que una amiga mía envió este verano a sus invitados: «Caballeros, sin corbata. Señoras, como Dios manda».

Arturo Pérez-Reverte

http://www.xlsemanal.com/web/firma.php?id_edicion=2387&id_firma=4571

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Crack donde los haya, mis ideas plasmadas en papel! xD

Ferdeejea

a ver si ponen este texto en selectividad para poder comentarlo..

Miminh0

Que grande es Perez Reverte. Y que bien escribe coño.

RubaPowa

O pones fotos o esto se ace un tostonazo , y si lo e leido

G4tts

Hacia siglos que no leia algo tan bueno... xD

Ethanh4nt

ayer me lo encontre por madrid en la plaza mayor saliendo de comer de casa lucio :/, iba andando y un "yonki" le pidio dinero se metio toda la mano al bolsillo y le dio toda su calderilla XDD, y iba con un tio manteniendo una conversacion filosofica :$.

Aeron

Magnifico texto

dr_Rouman

El texto extraordinario independientemente de lo que le pueda parecer a cualquiera el contenido de éste. Reverte es increíble.

PD: Calista Floja XDDDDDDDDDDDDDDDdd

Beach

el texto esta genial. Es bastante directo. Lo unico que no me gusta (no se si lo habre entendido mal) es lo de las mujeres que al final del dia se embuten en un chandal. Eso en parte es comprensible...porque hay mujeres que estan todo el dia trabajando, tanto en un trabajo normal como en casa...y quiza no tengan muchas ganas de ponerse de diva cuando son las 10 de la noche...A esa hora quiza solo quieran dormir xD

A

la cosa es que no intenten ponerse cosas 3 tallas mas pequeñas, que si son gordas que lo sean con orgullo y que no se embutan para parecer mas "canijas"

tokeh

Qué grande, foro de Reverte ya! o de literatura.

Por una MV culta xDDDD.

-MakeA

#2 dejate...

Narop

el amo...

PrinceValium

Que me parece poco estético y yo no se lo aconsejaría a nadie, pues sí. Pero por mí como si van de melchor por la calle.

Saludos!

duende

Pues personalmente me parece el texto más insustancial de los que le he leido, y no son pocos. Además creo que al intentar hablar de la ordinariez en las mujeres se le ha pegado, no sé si intencionadamente, en la manera de redactar el texto...

E

Tampoco es "pa" tanto.

KuS

Habéis descubierto al Señor Reverte en este foro ultimamente ¿no? xD Algunos llevamos años disfrutando de él y desde luego sus artículos en El Semanal son como para tirarte toda una tarde sentado, tirando de hemeroteca, leyéndolos de principio a fin porque hay verdaderas joyas.

OkaZ

lo de los tios con pelos en las piernas a que se refiere???

porque yo como tantos muchos de aqui, no soy un metrosexual que se depila piernas, brazos, pecho y axilas. Parece que a dia de hoy esto sea obligatorio, cosa que ha impuesto la moda, la sociedad actual, pero que?, a mi me gusta el pelo de mis piernas, el de mis brazos, pero aqui se asocia el no depilarse a ser un cerdo, algo nada mas lejos de la verdad.

En cuanto a las mujeres, totalmente de acuerdo, comprarse pantalones talla 32 o 34 ( los cuales si llegan a entrarles los llevaran siempre con la cremallera bajada y el boton abierto ) cuando lo que tienen que hacer es ir a la copa america a que les presten las velas para taparse todas las lorzas.

A

#19, tranquilo, Reverte no es la clase de persona que se depila las piernas. Pero llevará pantalón largo.

No me convencen muchas cosas del texto, los tiene bastante mejores.

HIMOTEN

es lo que todos pensamos pero no decimos por nuestra nula capacidad de expresion.

todas putas.

Ñe!

darkblade60

tengo que entender que no puedo ir en chanclas si no me depilo? j3.

mDity

juaazz, de lo que habla en el texto me ha echo gracia pero es increible como describe todo. Pero se "relame" demasiado. Aun asi no deja de gustarme.

Lo del chandal me ha parecido un pelin exagerado, vamos despues de trabajar 8-10 horas no esperara que llegen a casa y se pongan de punta en blanco, cuando lo unico que buscan al lllegar a casa es la comoda llamada de su cama al final del dia, solo faltaria eso.

SioN_cS

#14 <-

No está mal, pero a parte de eso...hay bastantes textos de este señor más brillantes.

B

?

Estoy de acuerdo en que las gordas que van de divas merecen morir (siempre lo digo, y mucha gente me lapida por ello). Pero parece que quiera imponer maneras de vestir o formas de actuar.

Que la gente vista como le salga de la polla, por favor. Actitudes impositivas como la de este señor (que también admiro a medias) hacen que, cada vez que vea una persona vestida de manera extravagante, lo que me produzca es interés, no desprecio.

Veo por fin alguien que suda de todos los cánones de la sociedad (tejanos, camiseta o camisa, zapatos...), y viste como le sale de los huevos.
Y veo que al Reverte le gustan las chicas con tacones. Que se los ponga una tarde, a ver si aguanta xd.

Veo que quería decir algo, pero que, para intentar llevar razón, ha exagerado en algunos puntos.

laZAr0

#23 Me parece que lo del chandal se refiere a la hora de salir a la calle, que hay que guardar una imagen.

Aquí está el texto por el que se han cabreado ciertas erizas.

Muchas veces he dicho que apenas quedan mujeres como las de antes. Ni en el cine, ni fuera de él. Y me refiero a mujeres de esas que pisaban fuerte y sentías temblar el suelo a su paso. Mujeres de bandera. Lo comento con Javier Marías saliendo del hotel Palace, donde en el vestíbulo vemos a una torda espectacular. «Aunque ordinaria», opina Javier. «Creo que no lo sabe», apunto yo. Seguimos conversando carrera de San Jerónimo arriba, en dirección a la puerta del Sol. Es una noche madrileña animada, cálida y agradable, que nos suministra abundante material para observación y glosa. Yo me muevo, fiel a mis mitos, en un registro que va de Ava Gardner y Debra Paget a Kim Novak, pasando por la Silvana Mangano de Arroz amargo; y Javier añade los nombres de Donna Reed, Rhonda Fleming, Jane Rusell y Angie Dickinson, que apruebo con entusiasmo. Coincidimos además en dos señoras de belleza abrumadora, aunque opuesta: Sophia Loren y Grace Kelly. Al referirnos a la primera, Javier y yo emitimos aullidos a lo Mastroianni propios de nuestro sexo –no de nuestro género, imbéciles– que vuelven superfluo cualquier comentario adicional. Haciendo, por cierto, darse por aludidas, sin fundamento, a unas focas desechos de tienta que pasan junto a nosotros vestidas con pantalón pirata, lorzas al aire y camiseta sudada; creyendo, las infelices, que nuestro «por allí resopla» va con ellas. Respecto a Grace Kelly, dicho sea de paso, me anoto un punto con el rey de Redonda –me encanta madrugarle en materia cinéfila, pues no ocurre casi nunca–, porque él no recuerda la secuencia del pasillo del hotel en Atrapa a un ladrón, cuando doña Grace se vuelve y besa a Cary Grant ante la puerta, de un modo que haría a cualquier varón normalmente constituido dar la vida por ser el señor Grant.

Pero no sólo era el cine, concluimos, sino la vida real. Los dos somos veteranos del año 51 y tenemos, cine aparte, recuerdos personales que aplicar al asunto: madres, tías, primas mayores, vecinas. Esas medias con costura sobre zapatos de aguja, comenta Javier con sonrisa nostálgica. Esas siluetas, añado yo, gloriosas e inconfundibles: cintura ceñida, curva de caderas y falda de tubo ajustada hasta las rodillas. Etcétera. No era casual, concluimos, que en las fotos familiares nuestras madres parezcan estrellas de cine; o que tal vez fuesen las estrellas de cine las que se parecían muchísimo a ellas. Hasta las niñas, en el recreo, se recogían con una mano la falda del babi y procuraban caminar como las mujeres mayores, con suave contoneo condicionado por la sabia combinación de tacones, falda que obligaba a moverse de un modo determinado, caderas en las que nunca se ponía el sol y garbo propio de hembras de gloriosa casta. En aquel tiempo, las mujeres se movían como en el cine y como señoras porque iban al cine y porque, además, eran señoras.

Con esa charla hemos llegado a la calle Mayor, donde se divisa por la proa un ejemplo rotundo de cuanto hemos dicho. Entre una cita de Shakespeare y otra de Henry James, o de uno de ésos, Javier mira al frente con el radar de adquisición de objetivos haciendo bip-bip-bip, yo sigo la dirección de sus ojos que me dicen no he querido saber pero he sabido, y se nos cruza una rubia de buena cara y mejor figura, vestida de negro y con zapatos de tacón, que camina arqueando las piernas, toc, toc, con tan poca gracia que es como para, piadosamente –¿acaso no se mata a los caballos?–, abatirla de un escopetazo. Nos paramos a mirarla mientras se aleja, moviendo desolados la cabeza. Quod erat demostrandum, le digo al de Redonda para probarle que yo también tengo mis clásicos. Mírala, chaval: belleza, cuerpo perfecto, pero cuando decide ponerse elegante parece una marmota dominguera. Y es que han perdido la costumbre, colega. Vestirse como una señora, con tacón alto y el garbo adecuado, no se improvisa, ni se consigue entrando en una zapatería buena y en una tienda de ropa cara. No se pasa así como así de sentarse despatarrada, el tatuaje en la teta y el piercing en el ombligo a unos zapatos de Manolo Blahnik y un vestido de Chanel o de Versace. Puede ocurrir como con ese chiste del caballero que ve a una señora bellísima y muy bien puesta, sentada en una cafetería. «Es usted –le dice– la mujer más hermosa y elegante que he visto en mi vida. Me fascinan esos ojos, esa boca, esa forma de vestir. La amo, se lo juro. Pero respóndame, por favor. Dígame algo.» Y la otra contesta: «¿Pa qué?… ¿Pa cagarla?».

Podeis encontrar en la web todos las publicaciones de este señor desde el año 2001

B

#9 no habla de las que cuando vuelven a casa se ponen en chándal. Contestando a la tia que le decía eso de que despues de todo el día currando no se van a poner de punta en blanco, él dice que tampoco tienen que ponerse mode morcilla: on. Osea, en plan top tres tallas menos, piratas blablabla. Porque eso tampoco es cómodo.

Lo del chándal si es comodidad pura.

Yo de pequeño decía que me iba a casar en chándal.

Chandal FTW.

B

#27
Yo también. Va en serio.

Algo que no me acuerdo (en serio !_!). Me dijo mi madre que de peque le pregunté si podía hacer la comunión en chandal.

3eat1e

Y hay gente que aplaude publicamente a Perez Reverte y que no duda en tildarle de crack, ¿A Donde vamos a parar?

El mundo se ha vuelto loco ...