Los inicios de la CNT: pistolerismo y magnicidio
La CNT se crea en 1910. Muy pronto inicia su actividad violenta, que se consolida en 1919, cuando el sindicato se dedica a sembrar el terror en Barcelona con el recurso al pistolerismo. No es que lo diga yo: lo dice el propio Josep Serra, pistolero de la CNT cuya vida recoge el libro ?Diario de un pistolero anarquista? de Miquel Mir (Destino, 2007). Serra se apunta a la CNT en 1917 y como matón de ese sindicato comete su primer asesinato en 1919, contra una persona que ?ejercía de chivato del patrón y la policía?. ?Vivía de esto y para esto?, confiesa Serra en su cuaderno de memorias: ?los límites entre la acción revolucionaria y la rapiña eran cada vez más difusos?.
Antes de la caída de la monarquía, el sindicato anarquista no se limita a utilizar la violencia en el terreno laboral, y perpetra su atentado más espectacular el 8 de marzo de 1921 con el asesinato del presidente del gobierno, el conservador Eduardo Dato. Su automóvil es acribillado en Madrid por tres pistoleros del sindicato del metal de la CNT: Pedro Mateu Cusidó, Luis Nicolau Fort y Ramón Casanellas Lluch.
La violencia cenetista en la Segunda República
Tras la proclamación de la Segunda República, lejos de disminuir, el recurso de la CNT a la violencia degenera en una ola de terror contra los que no se pliegan a sus dictados, dejando un reguero de sangre ya en los primeros meses del nuevo régimen.
Así, el 21 de julio de 1931, en Sevilla, son tiroteados por pistoleros de la CNT los soldados y guardias civiles que protegían diversos puntos de la ciudad de una huelga violenta convocada por el sindicato anarquista, dejando varios heridos. El día 3, otra huelga de la CNT deja un muerto y diecisiete heridos, siendo incendiada una iglesia en Hospitalet (Barcelona).
El 13 de octubre de 1931, en Granada, miembros de la CNT atacan a pedradas los cristales de los comercios que no secundan otra huelga del sindicato anarquista.
En diciembre de 1931, en Zaragoza, son asesinados un policía y un obrero durante una huelga de la CNT. Al obrero lo matan los sindicalistas de la CNT porque no quería secundar la huelga.
El 11 de abril de 1932 la CNT impone una huelga general, una vez más, mediante la violencia: estallan cuatro bombas en Mallorca (una de ellas en una iglesia), otras siete en Granada y se producen diversos actos de violencia que dejan un muerto y dos heridos. Dos días más tarde, los huelguistas atacan a la Guardia Civil en Osuna (Sevilla), dejando un muerto y seis heridos.
El 13 de mayo, en Herrera (Sevilla), otra huelga convocada por la CNT en el campesinado se salda con un muerto.
Los arsenales terroristas de la CNT hallados en 1932
El 17 de mayo de 1932, en Morón de la Frontera (Sevilla), la Guardia Civil descubre 200 bombas preparadas para ser utilizadas en una huelga de la CNT. Ese día estalla una bomba en casa de un dirigente de la CNT en la también sevillana población de Montellano. El incidente, que se produce cuando el anarquista manipulaba el explosivo, provocó varios muertos y heridos y permitió la localización en esa provincia de un arsenal de la CNT formado por 250 kilos de dinamita, 700 bombas vacías, 300 ya cargadas y 700 kilos de munición.
En días sucesivos se hallan arsenales de la CNT en Madrid (130 bombas, 200 kilos de dinamita y munición), en las localidades sevillanas de Utrera (48 bombas requisadas a afiliados de ese sindicato) y Carmona (40 bombas) y en la barcelonesa población de Manresa (100 bombas), entre otros puntos. Tal arsenal estaba siendo acumulado por la CNT para llevar a cabo un alzamiento terrorista programado para el 29 de mayo.
Enero de 1933: todo un acto de golpismo terrorista
El 1 de enero de 1933 la CNT pone en marcha un golpe en toda regla contra la República, haciendo estallar 59 bombas de gran potencia en La Felguera (Asturias). Al día siguiente la Guardia Civil descubre en Barcelona otro arsenal con 187 bombas. En total, se calcula que la CNT ha hecho más de 10.000 bombas en sus fábricas clandestinas de Barcelona para ser repartidas en Cataluña, Aragón y Valencia. El levantamiento anarquista se traduce en quemas de iglesias, ataques a comercios, incendios de coches y tranvías, enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y asaltos y atentados contra centros policiales en diversos puntos de España. La intentona golpista del sindicato anarquista se salda con varias docenas de muertos.
Diciembre de 1933: nuevo golpe terrorista
Lejos de cambiar de idea tras su fracaso en enero de ese año, la CNT afronta las elecciones de noviembre de 1933 lanzando la siguiente proclama: ?Nosotros no vamos a las elecciones sino a la revolución para implantar el comunismo libertario en España; obreros, preparad las bombas y las pistolas?. Cuando el 19 de noviembre las urnas dan la victoria al centro-derecha, el sindicato anarquista se apresta a cumplir sus amenazas.
El 8 de diciembre de 1933, la CNT inicia otro levantamiento golpista, disfrazado de huelga, que se materializa en una ola de violencia y terrorismo en toda España: atentados con explosivos, destrucción de archivos, quema de iglesias y atentados contra vías férreas, puentes, líneas telegráficas y telefónicas. El atentado más grave consistió en el descarrilamiento del tren rápido Barcelona-Sevilla en Punzol (Valencia), un brutal acto terrorista que mató a 23 pasajeros y dejó heridos a otros 38. A los golpistas se les incautan 1.000 armas cortas, 825 fusiles, más de 2.600 bombas y más de 21.000 cartuchos de munición.
El 8 de julio de 1936, ya con la Guerra Civil a la vista, cinco miembros de la CNT armados con pistolas amenazan y agreden a un empresario en Barcelona. Al día siguiente, otros cinco afiliados de la CNT son detenidos en Madrid cuando se dirigían armados a forzar una huelga en la construcción.
El terror cenetista en la zona roja durante la Guerra Civil
La cruenta actuación de miembros de la CNT durante la Guerra Civil es muy difícil de resumir, pues el sindicato se convierte en una colosal maquinaria de terror y represión, sobre todo en Aragón y Cataluña. En muchas poblaciones se perpetran crímenes con cualquier excusa, como el que acaba con la vida de Rafael Muñoz, labrador asesinado en el verano de 1936 por no secundar una huelga de la CNT. A continuación detallo otros crímenes en los que se vio implicado el sindicato anarquista.
El 22 de septiembre de 1936 es asesinado en Montserrat el sacerdote (hoy beato) Germán Gozalbo Andreu, de 23 años. Antes de su asesinato es torturado junto a otros dos sacerdotes en el local de la CNT de su pueblo, Torrente.
Hasta octubre de 1936 opera en Cataluña y Aragón la llamada ?Brigada de la Muerte? de la CNT/FAI, un grupo de unos cuarenta criminales que iba por los pueblos con un autobús pintado de negro y decorado con calaveras, con el fin de sembrar el terror y liquidar a católicos, derechistas o a cualquier campesino que se opusiera a la política colectivista del sindicato. Se le atribuyen 247 asesinatos en Aragón y Tarragona.
El 30 de octubre de 1936, en Barcelona, el sindicalista Ramón Sales Amenós, dirigente de los Sindicatos Libres, es detenido por miembros de la CNT. Su asesinato tendría lugar en Las Rambas de Barcelona, en el cruce de las calles Consejo de Ciento y Villarroel, ante las oficinas del sindicato anarquista: ?Encadenaron los pies y las manos de Sales a cuatro camiones. Acto seguido los camiones emprendieron la marcha en direcciones distintas. Ramón Salés murió descuartizado.? Lo dice César Alcalá en el libro ?Checas de Barcelona?, en el que explicaba como los milicianos de la CNT desataron ?una política deliberada de Terror? en Cataluña.
El 20 de diciembre de 1936 es asesinado el diplomático belga Jacques de Borchgrave, encargado de negocios de la Embajada de Bélgica. Sin ningún tipo de pruebas, es acusado de espía, secuestrado y asesinado tras pasar por la sede del Comité Regional de la CNT de la calle Serrano 111 de Madrid. Recibió dos tiros por la espalda y otro más en la cabeza. Su cadáver, salvajemente mutilado, es encontrado en una fosa común de Fuencarral. El crimen provoca un escándalo internacional que acaba en el Tribunal Internacional de La Haya.
Terrorismo también contra la propia izquierda
La acción terrorista de la CNT no se centra solamente en clérigos, laicos católicos, políticos de derechas, policías o personas no adscritas políticamente. En aquellos días, muchos de los actos más sangrientos de la CNT tienen como víctimas a militantes de grupos de izquierda que rivalizan con los anarquistas en la zona roja. Ya el 13 de junio de 1931 el diario El Socialista, del PSOE, se refiere al ?pistolerismo? del sindicato anarquista, al que atribuye ?todos los crímenes que se han cometido en Barcelona? en fecha reciente, para acabar concluyendo: ?la CNT es una organización obrera a base de pistolas?.
El 1 de octubre de 1932, en Castellar de Santiago (Ciudad Real), el vocal y el secretario de la casa del pueblo (sede del PSOE) son asesinados por pistoleros de la CNT.
El 10 de junio de 1936 pistoleros de la CNT asesinan a Andrés Rodríguez González, concejal del Partido Comunista en Málaga y afiliado del sindicato de pescadores de la UGT. Lo matan por la espalda, de un tiro en la nuca. Cuando sale de su casa para dirigirse al funeral de Andrés Rodríguez, es herido de muerte Antonio Román Reina, presidente de la Diputación de Málaga y vicepresidente de la agrupación provincial del PSOE. Al igual que la víspera, los pistoleros de la CNT disparan a su víctima por la espalda. Ese mismo día, una niña sordomuda de 11 años muere en un tiroteo entre afiliados de la CNT y de la UGT.
En Barcelona, en julio de 1936, los militantes de la CNT asesinan a más de 80 afiliados del sindicato de transporte de la UGT. A finales de ese verano, la UGT vuelve a ser objetivo del terrorismo anarquista: en Barbastro (Zaragoza) 25 afiliados del sindicato socialista son asesinados por miembros de la CNT.
El 14 de octubre de 1936 Vladimir Antonov-Ovseenko, cónsul de la URSS en Barcelona, envía un informe secreto a la NKVD (la policía política de Stalin, predecesora de la KG para poner a Moscú al tanto de estos sucesos de pistolerismo anarquista y de las prácticas mafiosas de la CNT: ?En Pueblo Nuevo, cerca de Barcelona, los anarquistas han colocado a un hombre armado a las puertas de cada una de las tiendas de alimentos, y si no tienes un cupón de alimentos de la CNT, no puedes comprar nada. Toda la gente de este pequeño pueblo está muy excitada. Están disparando a cincuenta personas al día en Barcelona?, advierte el diplomático soviético, que además da cuenta de los fines para los que la CNT está usando el armamento que habían incautado al comienzo de la Guerra Civil: ?los anarquistas enviaron al frente menos de 60% de los treinta mil fusiles y trescientas ametralladoras de las que se apoderaron?. El resto, obviamente, queda para tareas de represión en la retaguardia.
El 23 de diciembre de 1936 milicianos de la CNT tirotean y hieren de gravedad al comunista Pablo Yagüe, secretario del sindicato de Artes Blancas de la UGT. Este suceso marca un antes y un después. La actuación sangrienta de la CNT acaba provocando una pequeña guerra civil dentro de la zona roja, que se salda con centenares de muertos, el fusilamiento de docenas de anarquistas y la hegemonía de socialistas y comunistas.
La Transición: el atentado contra la sala ?Scala?
Ya pasado el franquismo, la CNT se ve definitivamente tocada por un siniestro suceso ocurrido en plena Transición. Al respecto, copio directamente de la web de la CNT (a lo mejor les da por querellarse contra sí mismos): ?El domingo 15 de enero de 1978 la CNT organizó una manifestación en Barcelona contra la firma de los Pactos de la Moncloa. (?) A las 13:15 horas, terminada la manifestación, tuvo lugar un ataque con cócteles Molotov contra la sala de fiestas más conocida y de más éxito de Barcelona en aquellos momentos, la sala ?Scala?, situada en la esquina de la calle Consejo de Ciento y Paseo de San Juan. El resultado inmediato es la muerte de cuatro trabajadores de la sala: Diego Montero, Bernabé Bravo, Ramón Egea y Juan Manuel López; tres de los cuales eran afiliados de la propia CNT.?
Según la misma web, ?la policía informó de la detención de todos los presuntos autores del atentado, a quienes inmediatamente se relacionó con la CNT?. Lejos de contradecir el dato, el propio sindicato lo confirma: ?Efectivamente, los detenidos eran todos afiliados a la CNT y poco antes del atentado habían participado en la manifestación. Al finalizar la manifestación -según la policía- los acusados se habían dirigido a la sala de fiestas lanzando contra ella seis cócteles molotov que ocasionaron el incendio y la muerte de los cuatro trabajadores que se hallaban dentro. De esta manera quedó establecida la relación de los detenidos con la CNT y el atentado con la manifestación.?
Tres afiliados de la CNT -José Cuevas, Xavier Cañadas y Arturo Palma- son finalmente condenados a 17 años de cárcel cada uno por sendos delitos de homicidio involuntario y fabricación de explosivos. Otro afiliado más, Luis Muñoz, es condenado a dos años y seis meses de cárcel por su complicidad con los anteriores, y Rosa López a 5 meses de prisión por encubrimiento.
Los años 80: el Comando Michelín
En noviembre de 1987 cuatro afiliados de la CNT de Vitoria son condenados a penas de entre dos meses y cuatro años de cárcel por varios delitos de robo, lesiones e incendio. Tres de los cenetistas son condenados por ir a Miranda de Ebro a dar una paliza a un compañero al que consideraban un esquirol y que estuvo un mes lesionado. Dos de los miembros del comando violento son condenados por romper e incendiar con gasolina un escaparate del centro comercial Galerías Preciados.
El delito más grave por el que es condenado otro de los afiliados de la CNT de ese grupo violento, conocido como el ?Comando Michelín?, es el atraco a un banco de San Sebastián, llevándose un botín casi medio millón de pesetas para financiar su lucha sindical. Por esa acción también es condenado a cuatro años de cárcel José Luis Merino Quijano, alias ?El Coronel?, miembro de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, un grupo terrorista surgido de una escisión de ETA en 1977 y autor de 27 asesinatos, la mayoría de ellos de civiles. Merino participó el 23 de febrero de 1984 en el asesinato del senador socialista Enrique Casas, candidato a Lehendakari por el PSOE en las elecciones vascas que tuvieron lugar tres días más tarde. Según la sentencia, los afiliados de la CNT condenados por las citadas acciones habían solicitado a Merino su orientación para llevar a cabo sus objetivos.
Y hasta aquí la historia de la CNT. Si el grupúsculo que ha heredado esas siglas la asume o no, o si su historia ha estado salpicada de violencia, es problema de la propia CNT, de su radicalismo antisistema y de su apuesta por lo que llaman ?acción directa?. No es culpa ni de HO, ni de Miguel Vidal ni de ninguno de los que tenemos una pizca de respeto por la historia. Qué no pretendan hacernos tragar por las malas una versión idílica de lo que fue históricamente la CNT, qué no cuela.