Procuraré ser breve, por el concepto de objetivizar "el juego" y no centrarse en una de las mujeres en concreto, sin embargo, éste caso en particular me está sacando de mis casillas y mi cerebro necesita una explicación lógica y rotunda respecto a la ejecución del "sargeo".
Yo: Ahora mismo haciendo unas prácticas de recepcionista en un gimnasio, 25 años, "ex pro gamer" (LUL), atractivo superior a la media, inteligencia superior a la media.
Ella: 19-20 años (no pregunté específicamente porque si no recuerdo mal, no vale la pena ni debería importar), estudiante de infermería, chica monísima, educada y estudiosa, la clásica excepción que confirma la regla vaya.
El Martes salgo a la 1.30 del gimnasio a la vez que la susodicha, debemos atravesar 2 puertas estrechas antes y después de un pasillo; he tenido un buen día y estoy enchufado, me pregunto "¿por qué coño no debería hacerlo?". Así que ante la "peculiar" situación de ir en la misma dirección y uno al lado del otro, decido saludarla con algun comentario ingenioso (o quizá no tanto). La abro y de momento todo bien, estamos de chills saliendo del gimnasio y charlando, ella va hacia la uni y decido acompañarla (aunque ella no lo sabe, vivo justo al lado). Conversación muy cordial, buen feeling, toma y daca de información, por su parte un par de mordidas de labio y contacto visual firme. Se la ve muy buena chica, dulce y espavilada. Tenemos entre 10-15 minutos de camino y charlamos, me cuenta cosas suyas, yo algunas de las mías; hablamos de nuestras prioridades, de nuestras familias, etc. Parece que todo va bien, así que llegamos a la uni, le comento que vivo justo en frente y le pido el móbil. Me lo da entusiasmada (de veras), pero no sin antes asegurarme de que tiene una semana complicada (exámenes y trabajo; no tiene porqué engañarme y parece honesta) así que me despido con 2 besos mientras se dirige hacia clase. Media hora más tarde, le mando un mensaje confirmándole que he guardado su número correctamente y que recibirá instrucciones esta semana sin falta. Contesta que "perfecto".
Dejo pasar un día entero para intentar desmarcarme (aquí teníamos huelga). Al día siguiente le suelto un comentario por WhatsApp con bastante veneno. Un comentario gracioso sobre unos renacuajos gemelos que vi por la calle y que me recordaron a ella, ya que una de sus historias familiares orbitaba alrededor de sus 2 hermanos pequeños que, efectivamente, tambén lo son. La contestación por Whats parece benigna, muchas vocales y un par de emoticonos.
Estamos a jueves y estoy en el curro. Ese día no viene al gym pero honestamente tengo cosas que hacer, entre trabajos y mi entrenamiento, así que no hay contacto.
Llega el viernes y tenía pensado whatsappearla en cuanto saliera, pero llega ella media hora antes de que termine mi turno; quizá fue fallo mío el hecho de no adelantarme. El contacto visual es instantáneo, mientras pasa la tarjeta de socio y accede a las instalaciones, la observo con media sonrisa y a ella se la ve nerviosa (sospecho que quizá la intimidé un pelín el primer día que la conocí) hasta el punto de que se le atasca la bolsa de deporte con un brazo mecánico de la entrada. Me levanto de la recepción y la recibo con un saludo cordial, dos besos y le comento que salía en 20 minutos y justo estaba pensando en decirle algo. La veo un pelín temerosa pero receptiva, como preguntándose si en estos 3 días la trataría diferente. El encuentro es muy breve, ya que estaba con 2 compañeras en la recepción y no pretendía entretenerla. Le pregunto que cómo tiene el finde y me contesta (quiero pensar que honestamente) que trabaja los fines de semana a turnos y que pueden llamarla mañana sábado (no se especifica nada del domingo). Le digo que yo los sábados también trabajo por las tardes y ambos entristecemos nuestras miradas. Le sugiero que se esté tranquila, que nos apañaremos y que mañana le diré algo por whatsapp para concertar la hora y el día (o que me confirme si le toca trabajar en sábado). A lo que ella accede. Nos despedimos cordialmente pero sin la misma "chispa". Deduzco que debido al tiempo transcurrido des del primer encuentro hasta hoy, junto con las 2 cotillas de recepción "con la oreja puesta" justo detrás nuestro. Quién sabe.
Y aquí estoy yo, hoy, a las 5 de la mañana y que no puedo quitármela de la cabeza. No tengo muy claro si es por la situación a contracorriente en la que nos conocimos (con mucho entusiasmo pero sin que acompañen las circunstancias) o que la chica realmente me ha encandilado de manera brutal. En cualquiera de los casos estoy muy rallado (y eso que estoy sargeando con un par más de tías a la vez, pero sin duda ésta es mi favorita) y temo que la resolución de este encuentro pueda perjudicarme en todos los sentidos (incluidas las interacciones con las otras chavalas).
Y hasta aquí la anécdota, que aunque no sea trepidante, es honesta. La verdad es que no sé muy bien cómo avanzar. Le he puesto empeño y dedicación pero temo que se tuerzan las cosas.
La gracia de todo esto es que llevo un mes y medio en ese gym y entre tanto pivoncito, perfectamente podría no haberle prestado la atención que se merece. Pero así son las cosas, qué caprichoso es el puto destino, supongo. A todo esto, termino mis prácticas la semana que viene, así que si no cuajase el tema, sobreviviré, pero presiento que esta chica es un ejemplar de los que valen la pena y debo tragarme mi orgullo para pediros vuestra opinión, ya que quiero dejar la mejor impresión posible de cara al domingo (ya que probablemente mañana curremos los dos). Siento que mi subconsciente me exige una resolución noble, digna y tranquila para afrontar este fin de semana.
Así que acudo a vosotros, para que me echéis una mano a la hora de calibrar este tipo de situaciones. Que me aconsejéis cómo debo afrontar la toma de contacto de mañana ( ¿le pregunto si le toca trabajar o le propongo un plan directamente para el domingo por la tarde? ). Para que no acabe deprimido o loco perdido. Y si todo va bien, poder quedar por fin con ella, para tomar un café y calmar mi consciencia, pase lo que pase.