Saldrias con una nintendera si eres sonyer?

Te voy a contar una bella historia de amor. Ella era una nintendera a muerte. De esas que nacieron con la gorra de Mario puesta y de niñas arrugaban la nariz al ver la PS pirateada de sus amigos. Él era un sonyer a muerte. De esos que no solo aman a Sony sino que le cogieron asco a Nintendo desde el útero y no tocarían un Wiimote sin guantes de por medio. Su primera conversación fue un rant sobre la Wii y acabó con ambos gritándose de todo.

Los dos van a casarse este año, después de diez de ser la pareja más feliz del mundo. El sonyer es mi novio, y la nintendera soy yo. ¿El secreto? No aferrarnos a marcas que igual no darían un centavo por nosotros, y darnos la oportunidad de conocer a las personas más allá de una preferencia. Él no solo es sonyer: es divertido, tierno, inteligente, simpático y amante de los animales, y algo me habrá visto más allá de la camiseta de Zelda que jura que no quiere a nadie más. La boda la elegimos a suertes: vamos a bailar un arreglo del tema de Metroid Prime como vals de boda, pero la decoración está inspirada en Dark Souls. Es cierto, a veces los juegos son un problema entre nosotros, pero nada que no se resuelva si sabemos ser personas civilizadas.