Bueno, lo intentaré explicar de una forma breve.
El año pasado empecé con una chica con la que duré poco más de medio año, al principio era todo bonito, amor por aquí y por allá y potando arcoiris en cada esquina, pero al mes y pico o dos de empezar ella me demostró que no era como yo pensaba, se volvió excesivamente dependiente de mí hasta el punto de acosarme y sentir celos por cualquier amiga con la que salía.
Decidí romper con ella, pero muchas veces recaía ya que ella no hacía más que suplicarme llorando que volviéramos. Llegamos a un punto en el que simplemente no éramos pareja, yo sólo quería follamistad con ella y durante una o dos semanas funcionó, luego la cosa empeoró, ella seguía colgada y bueno, hacía lo imposible para volver conmigo así que la mandé a la mierda, con insultos y cosas del tipo "jamás te quise", "eres repugnante" y demás mierdas, me volví exageradamente cruel simplemente para que escarmentara, despertara y lo superara cuanto antes. Pese a todo eso ella me lanzaba puyas y ataques gratuitos.
Hace poco empecé con otra chica con la que estoy muy bien la verdad. Han habido algunas rencillas ya que por último la tipa esta le dijo a la chica con la que estoy muchísimas cosas horribles mías con tal de que rompiéramos.
El problema es el siguiente: No puedo evitar sentirme mal por haberme comportado como un cabrón con ella, me siento muy mal al respecto, pero por otro lado me he enterado que de la nada, está comenzando a ser feliz con otro chico y nada me gustaría más que alegrarme o como mínimo, ser indiferente, pero me pone furioso el simple hecho de que sea feliz y por más que intento olvidar el tema, cuando me acuerdo de él me vienen esas mierdas a la cabeza y me pongo triste a la vez que furioso. ¿Son normales estas cosas o sólo soy yo? Me gustaría saber que opináis.