Los sindicatos mayoritarios de Correos, UGT y CCOO, han reaccionado con contundencia a la respuesta de la empresa sobre la información publicada ayer por El Debate. La compañía aseguró que eran falsos todos los datos aportados por los sindicatos en referencia a la supuesta inviabilidad de la compañía y la mala gestión de su presidente, Juan Manuel Serrano, ex jefe de gabinete y amigo de Pedro Sánchez. Los sindicatos piden que Correos responda con una nota oficial diciendo qué datos son falsos y cuáles son los correctos. «Los datos se contestan con datos, no con opiniones», afirman.
Desde El Debate hemos solicitado una contestación a la compañía que no hemos recibido al cierre de este artículo.
El amigo de Sánchez, en apuros por la presión de los sindicatos de Correos
Como contábamos en el texto, los sindicatos aseguran que Correos cerrará este año perdiendo 150 millones de euros y va camino de la quiebra. La compañía aún no ha publicado sus resultados del segundo semestre de 2021. Los sindicatos no entienden que sean ellos quienes ponen esta circunstancia de manifiesto y no lo hagan los organismos responsables del control económico de Correos: la SEPI y el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de tutela (Fomento) o el propio Gobierno. «Nos preocupa que la empresa esté o no saneada, porque eso implica mejor o peor futuro para los trabajadores», indican.
Por su parte, ellos dan un dato: en diciembre han trabajado 7.000 empleados menos en Correos en comparación con diciembre de 2020. «Pone en evidencia lo que creemos que es una catástrofe», apuntan.
Desde los sindicatos aportan las imágenes que hay bajo estas líneas. Les parecen ilustradoras de la situación que vive la compañía. Corresponden al Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) La Negrilla, de Sevilla, uno de los tres más grandes de la firma. La disminución de trabajo entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021 es ostensible.
Menos trabajo y más pérdidas
Los sindicatos consideran que la caída de la carga de trabajo está relacionada claramente con un problema de gestión, y como consecuencia con las pérdidas de 150 millones que estiman, y que la empresa de momento no niega. Los sindicatos admiten que puede haber diferentes modelos de reforma de la compañía, «pero lo actual no es una reforma; ni siquiera una reestructuración: es un desguace», afirman. Estiman que el modelo de Serrano es una ruina, y que el problema inicial es que el actual presidente no tiene una experiencia reconocida en un sector postal que es algo más que logística; es verdad que la actividad postal tradicional está descendiendo en todo el mundo, «pero en ningún país de nuestro entorno está haciéndolo de un modo tan elevado como aquí. Ese es un dato objetivo».
Los sindicatos lamentan que Serrano dijese nada más llegar que las cartas no es que descendiesen: es que estaban muertas, cuando en ese momento significaban el 65 % de los ingresos de la compañía. «Si abandonas el corazón de tu negocio, mal asunto», indican. Comentan también que decidió usar la subida de tarifas para esconder un problema de mala gestión, y fue ahuyentando clientes. Por ejemplo, subió las tarifas de correo publicitario aunque los comerciales le dijeron que, si lo hacía, «los clientes se iban a ir a chorros», como así ha sido, según afirman.
UGT y CCOO critican el modelo de negocio de Serrano porque les parece «suicida e inconsecuente. Ni en Francia ni en Reino Unido ni en Alemania se han planteado desmantelar su operador postal y convertirlo en un simple operador logístico, como aquí. Como mucho se ha planteado el debate de si han de ser públicos o privados. Lo de España es una locura». Los sindicatos afirman que no solo aportan datos: también la percepción de unos empleados que están «cabreados y desconcertados por las instrucciones que se les están transmitiendo».
¿Dónde está el proyecto?
Los sindicatos se preguntan cuál es el plan oculto que tiene Serrano. Ante la acusación de arrojar datos falsos responden que la compañía solo contesta con botes de humo, «como la difusión de una circular interna de un plan galáctico de diversificación por el cual la compañía va a ganar supuestamente 1.000 millones de euros». Sostienen que la empresa hasta ahora ha conseguido silenciar sus críticas a base de campañas de comunicación.
De momento no han anunciado movilizaciones. La última que se plantearon fue una huelga de carterías que finalmente se aplazó. Según cuentan querían cambiar el actual sistema de un cartero-un barrio por zonas de reparto de 3-4 carteros; un modo, según ellos, de disminuir la plantilla en un 25 %.
Tanto en este caso como en el más global de la compañía, critican que la empresa no se siente con ellos para pensar un nuevo modelo de operador postal previo a cualquier plan estratégico que les ayude a competir y a mejorar el servicio postal universal que ahora se está abandonando. Ven que se funciona «como pollo sin cabeza», y que «Serrano está llevando a la compañía a una situación irreversible si alguien no lo para».
Pues resulta que el presidente de Correos es un amigo de Perro sanchez (¡vaya qué sorpresa!) y los sindicatos están que trinan porque temen que este señor está llevando a Correos a la quiebra. A pagar chavales!!