#84 Sephirox, joder. No todos estamos tan buenos como tú. Tampoco le des falsas esperanzas al chaval xD
#1 Si te sirve de consuelo, yo perdí la virginidad a una edad mucho más tardía y dolorosa, y si mi relación con las mujeres empezó a cambiar fue cuando dejé de desearlas como entelequias inalcanzables o como agujeros con patas donde meterla. Sé que suena a consejo cliché, esotérico, y la típica monserga odiosa que te daría una mujer pesada (la típica mujer que se pasea en mediavida, probablemente), porque tienes 21 años y quieres meterla, pero es la realidad. Muchos de aquí te comprendemos, pero lo peor es que estas mujeres tienen razón. En cuanto dejé de desearlas en general y empecé a verlas como seres humanos tridimensionales, es decir como seres humanos con contradicciones, esperanzas y muchas emociones en constante flujo (más o menos como tú, supongo), me sentí más feliz, más relajado, me concentraba mucho mejor en mis cosas, y sin quererlo ni beberlo tenía a una compañera de clase que creía inalcanzable coladita por mí y ni siquiera me di cuenta, lo cual, ejem, la excitó aun más, ya sabes el rollo ese de desear lo que no se puede tener. Años y años en una lucha psicopática para llamar la atención de las mujeres, en vano, como si se tratara de un problema matemático, y resulta que en cuanto adopté esta actitud fueron ellas las que se fijaron en mí.
¿Qué curioso, no?
¿Tú te fijarías en aquel que va más a menos a su bola y parece feliz con su vida, o ese que con el que es imposible comunicación y a la mínima que te despistas, te lanza una mirada siniestra al culo, como hacen todos los demás?
A la susodicha le estuve pasando apuntes de alguna asignatura rara de la facultad de filosofía, no lo recuerdo del todo bien. Ni siquiera se me pasó por la cabeza la posibilidad de liarnos porque, ejem, estaba en otra categoría de mujeres. Era tan bonita que dolía. Pero ocurrió y yo aprendí una importante lección. La virginidad más que esa X mayúscula que nos queremos quitar de encima para no sentirnos menos marginados y Hombres en mayúsculas, cuando se vuelve dolorosa refleja un problema mucho mayor y muy difícil de aceptar, que es que no tienes ni puta idea de cómo son y qué quieren las mujeres. Es duro, pero cuanto antes aceptes esta realidad, antes podrás trabajar en ella.
Suerte, y ánimo. Cuando después de meterla descubras como por una epifanía ese cliché de que el sexo está sobrevalorado, que básicamente ninguno de los problemas importante desaparece después de haber follado por primera vez, vas a ver la luna, y no en un sentido necesariamente positivo.