La gente da puta pena. Recuerdo un "colega" en mi adolescencia que nos contaba sucesos paranormales que le habían pasado y lo juraba por lo que más quisiera, alegando: "¿por qué iba a mentirte? ¿Qué ganaría?", con los años ha quedado evidenciado que el chaval no era nadie en la vida real pero en su imaginación era un perfecto director de cine. Con los años también me he dado cuenta de que hay más gente así de lo que uno se puede imaginar. Gente con una vida híbrida entre realidad y ficción porque probablemente envidien aspectos de otras personas que no tienen, así que se los inventan.
Algunas personas necesitan creerse especiales o interesantes y para ello se sacan relatos o exageran hechos puntuales para tener anécdotas que contar, en este caso paranormales. A veces quizá no se dan cuenta de que lo hacen, quizá ven algo extraño, o lo escuchan, o lo sienten, y ya tienes una autosugestión servida con su consecuente historia fantasiosa, en el fondo da una especie de morbo que esta gente lleva con cierto orgullo al contar. Porque la realidad es que tienen esas experiencias porque quieren creer que las tienen.
Ves una sombra, hueles algo extraño, escuchas ruidos, "pasos", se alteran electrodomésticos solos, incluso se mueve algo por sí solo y automáticamente piensas en fantasmas. Nadie se pregunta por qué esas cosas tienen que ser características de personas muertas que siguen interactuando con este mundo, de hecho nadie se cuestiona lo absurdo de ese concepto para empezar, sólo lo piensan automáticamente porque lo han escuchado en historias y visto en películas hasta el hartazgo.
La realidad difiere de la ficción, enteraos. No existen los fantasmas, no existe ningún dios, no existen los unicornios y no existen los duendes. Y si existiera algo parecido en todo este universo, en su inmensidad, a un fantasma, algo parecido a un dios o algo parecido a todo lo demás, sería algo completamente diferente al concepto que tenemos de ello, porque nuestro concepto sólo está basado en cuentos y creencias populares, nada científico, nada sacado del comportamiento de la naturaleza o del universo, sino algo hecho personalizado, a medida, para nosotros. El ser humano y su afán de creerse importante para el universo.
Que se muevan cosas, que los animales detecten vibraciones que nuestros oídos no, que nuestro cerebro interprete formas y caras en situaciones casuales, no veo nada de fantasmagórico ahí, no veo por qué debe ser provocado por seres con conciencia, omnipotentes e invisibles. Interpretarlo así lo veo equiparable a rezar a los dioses para que llueva y creer que algún dios se ha enfadado cuando hay un terremoto, esto es, de una soberana ignorancia. Si hay cosas que aún no tienen explicación certera, ¿por qué darle una aún más vaga y ambigua? ¿No habéis crecido aún? "Coño, mi ordenador hace ruidos, a ver si alguien conoce a un exorcista de ordenadores."
Si miráis arriba por la noche en un sitio con el cielo despejado, veréis muy poquitos de los infinitos puntos de luz que hay allí: estrellas con sus planetas, galaxias con sus estrellas partiéndose el culo con vuestras historias sobre la vida de unos seres que se creen los protagonistas de todo ese océano sideral, tan especiales que siguen entre los vivos después de morir.