Fuente: Diario de Navarra
Los incidentes registrados en la Plaza Consistorial de Pamplona, protagonizados por una minoría de los asistentes que abarrotaban el lugar, han vuelto a impedir la celebración del Riau riau, que se había incluido este año en el programa oficial por primera vez desde 1996.
Como estaba previsto, la banda municipal de música La Pamplonesa abandonó pasadas las 17.30 horas el Ayuntamiento, en cuya plaza esperaba ya la comparsa de Gigantes y Cabezudos, para iniciar este acto, que se inauguró en 1914 y en 1991 se suspendió por primera vez, para no volver a celebrarse hasta 1996, en el que tampoco pudo recuperarse a causa de los incidentes que se produjeron durante el recorrido de la comitiva municipal.
La Policía Municipal intentó este viernes abrir camino a la corporación sin conseguirlo, por lo que ni el alcalde ni los concejales han llegado siquiera a salir del Ayuntamiento, en cuyo entorno se registraron diversas peleas entre los asistentes.
Tras el repliegue del inicio de la comitiva en el zaguán de la Casa Consistorial, un grupo de mozos favorables a la recuperación del acto se ha organizado para formar dos cordones humanos a la puerta del Ayuntamiento para hacer así pasillo al cortejo, mientras otro numeroso grupo de personas animaba a retomar de nuevo la iniciativa.
Sin embargo, ante las dificultades encontradas, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, se reunió con los portavoces de los distintos grupos municipales y decidieron suspender este acto.
La suspensión fue anunciada por megafonía a todo el público que se mantenía expectante en la plaza a la espera de poder participar en este acto, en el que los mozos entonan la canción del Riau riau, a los sones del Vals de Astráin, mientras acompañan a la corporación, vestida de gala, desde la Casa Consistorial hasta la capilla de San Fermín para la celebración de las Vísperas religiosas en honor al santo.
La parte positiva, si es que se puede sacar algo bueno, es que hubo gente que se opuso y se enfrentó a los de siempre. Y es que parece que, por fin, la gente parece comprender que si bien antes era Franco el "malo", llevamos aguantando años de opresión fascista abertzale.
Revientan las tradiciones que les viene en gana, se inventan sus mierdas y luego hablan de cultura vasca. Mientras tanto, los Pamplonicas aguantamos como podemos sus actuaciones dictatoriales. Ya hasta con las tradiciones de la fiesta de Pamplona, van a dejar San Fermín en una fiesta para alcohólicos y drogadictos, lo que a ellos les gusta claro.
No creéis que la actuación policial debería haber sido mucho más contundente para impedir que una minoría violenta amargara la tarde a la mayoría, a los que de verdad sienten la fiesta navarra? Si veis las imágenes, había gente que incluso se emocionó ante la imposibilidad de retomar una tradición de toda la vida de Pamplona. Pero nada, se sigue tolerando que los pro-etarras sigan dictando lo que se puede y no se puede hacer en Navarra.