Llevo padeciendo desde que era un niño una mezcla de inseguridad y desconfianza hacia los animales de compañía. NUNCA me atrevo a tocarlos con la mano, ni a jugar con ellos usando el tacto (aunque sí con un cordón atado a algo, lanzando un palo para que lo recojan, usando un puntero láser… todo lo que no incluya tocarlos).
Posiblemente esto se deba a unas experiencias no muy fortuitas con la gata siamesa de mis abuelos (ya difunta, vivió bastantes años). Se trataba de una gata muy mimada y malcriada; para que os hagáis una idea de lo malcriada que llegó a ser: se posaba sobre el regazo de su dueña y ronroneaba mientras esta la acariciaba. Tras un tiempo, en cuanto la gata se hartaba de recibir caricias y MIENTRAS SEGUÍA RONRONEANDO, le profería un fuerte mordisco a su dueña y caía al suelo alejándose tranquilamente, mientras la muy cabrona seguía ronroneando. La experiencia fatal que hizo que mi desconfianza hacia los animales de compañía aflorase fue cuando a la tierna edad de 5 años me acerqué a acariciar a la gata y esta me mordió y arañó la mano, haciéndome sangrar. Desde entonces me dediqué a perseguirla y hacerla rabiar hasta que pasaron un par de años y decidí ignorarla. Jamás la volví a tocar.
A partir de entonces, confianza cero. No puedo tocar ni al más tierno y cariñoso de los animales. Únicamente lo consigo cuando conozco al animal de hace muchísimo tiempo y me demuestra un total y absoluto cariño hacia mi persona. Esto me sucede por ejemplo con una perrita muy simpática de raza schnauzer de un amigo, que era entrar a su casa y ya la tenía ladrándome amigablemente y enseñándome la barriga para que la acariciara.
Sin embargo, me cuesta bastante más fiarme de los gatos, supongo que por la experiencia. Mi novia tiene una gata tricolor joven (3 años) que está un poco mimada, pero muy cariñosa y juguetona con sus respectivos dueños. A ellos les muerde pero sin apretar, y les da “zarpazos” sin sacar las uñas, siempre de jugueteo. Es un gato normal tirando a travieso, aunque huraño con las visitas. Decidí no tocarla hasta que ganara confianza conmigo, y ya ha pasado un año y medio y continuo en la misma situación: sigo sin atreverme a tocarla. En cuanto veo que al acercarle la mano la mira fijamente ya temo que me muerda o me arañe, y eso que el animal ya se fía de mí por lo visto: Es capaz de tumbarse a mi lado y raras veces en mi regazo, o de incluso subirse al ascensor conmigo por su propia cuenta (awesome). El animal nunca me ha causado daño (salvo por una vez que jugando con él usando un papel me alcanzó en la mano con la zarpa), e incluso una vez que eché el brazo sobre ella sin darme cuenta me “mordió” sin siquiera poner fuerza ni cerrar completamente la boca (retiré el brazo instintivamente en un instante). Además, no se comporta conmigo como con otros que al intentar acariciarlo reciben un zarpazo si no tienen reflejos y un bufido consecutivo de regalo (aunque claro, yo no lo he intentado).
¿Algún mediavidero que se encuentre en una situación similar? ¿Qué debería hacer para superar este miedo a tocar animales de compañía? ¿Debería adoptar un gato para así perderles miedo?