La cuestión no es que esta señora y su orden pudiera hacer las cosas mejor, la cuestión es que es todo una campaña mediática que ha durado décadas y que para la propias reglas de la iglesia católica a la hora de ser nombrada beata y Santa se las estén saltando a la torera.
Hay mucha gente dedicada a la caridad en la India con resultados visibles de manera objetiva y transparencia en sus organizaciones, sean religiosas o no. Pero la de la monja albanesa es opaca en la obtención de sus ingresos, distribución de éstos y de sabe por ex colaboradores que los pobres y su salud poco les importa, solo quieren bautizarlos para que lleguen al cielo en la fe católica.
Eso no es caridad, ni siquiera mal entendida. Es fraude.