#30172 #30173 #30171 Muchas veces voy al club sólo a socializar, allí hay gente muy interesante con unas experiencias y anécdotas buenísimas para compartir. Pero sí, a veces también me curten el lomo, o lo curto yo. Os contaré lo que me pasó este viernes.
Este viernes había una fiesta temática, todos iban peripuestos y con máscaras. Yo me compré la mía en Amazon dos días antes, casualmente justo después de leer que si llevabas máscara había barra libre de vino. Llega la hora, me cuesta eones encontrar un taxi y finalmente entro en el local un poco más tarde de la hora acordada.
El local tiene dos grandes espacios, uno es la zona social y otro la zona de juegos. Un amigo me preguntó si era porque estaba llena de playmobils, pero no, como era de esperar está llena de juguetes para estimular y causar dolor si uno quiere. Ambos espacios están muy bien ambientados, podríamos decir que con un tono sensual en toda la decoración, hay mucho trabajo ahí. Aclaro: no es un local pensado para follar; no pasa nada si las parejas follan, pero ese no es el objetivo ni lo verás cada noche. Principalmente allí se va a jugar y a charlar con personas afines.
Vuelvo ya al tema, perdonad pero era necesario explicarlo. Llego a la fiesta y están todos con máscaras y vestidos, predomina el rojo y el negro, la situación impone un poco. A partir de ese momento empiezo a hablar con unos y con otros, me meto en el cuerpo un par de copas de vino, observo un rato cómo juega una pareja en la sala de juegos y finalmente termino jugando al beer-pong con la camarera. Es una chica muy joven, bajita, risueña, con una cara realmente bonita y unas tetas de aquí a Lima. Llevábamos algunas noches lanzándonos indirectas.
Ya sabéis cómo va el beer-pong, cuando la pelota encaja en uno de los chupitos de birra, la perdedora se lo bebe. Pero además, en nuestro beer-pong la ganadora podría dar diez azotes a la otra con una de las varas de la zona de juegos. Ambas somos switch, así que encantadas. Finalmente, ella pierde. Después de celebrarlo con las tres personas que tenía por público, la cojo de la cintura y la llevo a la zona de juegos. Me complace ver cómo se muerde el labio al ver mi confianza y mi actitud autoritaria, porque normalmente suelo dar la impresión de ser dulce y sumisa.
La pongo en el potro y se sube el vestido. Cojo una especie de pala con dibujos de Hello Kitty y le hago un par de preguntas para conocer mejor su umbral de dolor, saber cómo de fuerte puedo darle. Empiezo relativamente suave y ya gime. No sé Rick, me tiltea que gima sin haberle dado fuerte y sabiendo que está acostumbrada a bastante dolor, así que subo la intensidad. A los 5 golpes, el público que tenía alrededor me recuerda amablemente que tiene otra nalga y que no debería centrarme tanto en la misma. Lo siento, soy novata. Cambio de nalga y voy subiendo la intensidad hasta llegar a los 10 azotes. Era la primera vez que hacía algo así y disfruté de la sensación de poder.
Termino y creía que se iba a quedar allí la cosa, pero no. Mientras se recoloca el vestido, hace un comentario sobre sus tetas y le digo "es que vaya tetas". Me lo pienso y decido ir a por más: "¿puedo tocarlas?". "Claro", sonríe con esa sonrisa suya tan risueña. Disfruto de esos dos regalos. "Espera", me dice, y se quita toda la parte superior del vestido y el sujetador en medio del local. Bff. Nos empezamos a besar, pronto yo me desnudo también de torso para arriba. Nos comemos la boca y las tetas, y no sé ella pero a mí me temblaban un poco las piernas de lo caliente que estaba.
A la que me doy cuenta, la mayoría de los que había en el local han puesto varias sillas en la distancia a modo de patio de butacas y nos miran. Se lo digo, nos reímos las dos de la escena y seguimos. Supongo que llegados a este punto pensaréis que follamos allí, pero no. De hecho, aún no ha pasado nada más que eso. Yo le dije que paráramos con una sonrisa al cabo de un rato, y lo dejamos allí por esa noche. No sé si os sonará a chino, pero me gusta y disfruto mucho de mantener esa tensión, irme caliente a casa y guardar las ganas de follar para otra ocasión.
Aún no se lo he podido contar a mi novio, pero me va a dejar la cara bien bonita cuando lo haga.