Según volvía anoche a eso de las 4 de la madrugada me encontré a un vecino joven marroquí durmiendo junto a su puerta. Le pregunté y me dijo que se había dejado las llaves y que esperaría a que llegaran sus padres.
Según abrí la puerta, mi perro salió y empezó a ladrar al chaval. Sus ojos no mostraban otra cosa que pavor.
Después de detener al perro entré en casa, comí algo, intenté buscar Adult Swim sin éxito, y como es un buen chaval, me daba pena y me llevo genial con su padre, pues salí y le ofrecí que durmiera en el sofá en lugar de la fría baldosa.
Él aceptó, e inmediatamente dijo, con un nerviosismo inusual "¿y el perro?" a lo que contesté "tranquilo, se queda encerrado en mi cuarto".
Ya en la cama me puse a pensar y llegué a varias conclusiones.
-No recuerdo a ningún marroquí sacando a pasear a un perro.
-No recuerdo a ningún marroquí saludando o jugando con el perro de otra persona.
-Sí recuerdo miradas mixtas de miedo, intranquilidad y precaución por parte de marroquíes cuando paso cerca de ellos con mi perro (que no es precisamente una máquina de matar, sino un Lhasa Apso de 7 Kg). Otras personas me han contado anécdotas parecidas (a las que, al contrario que yo, no dieron importancia).
Espero que esto no se convierta en un "¿a que nunca has visto el funeral de un chino?", pero creo que es una curiosidad digna de discutir.
PD: sí, ya ha vuelto a su casa.
PD2: Lhasa Apso http://www.dogbreedinfo.com/images14/LhasaApsoCassie.jpg