Acaba de llamar un tío a la puerta.
Ha abierto mi padre y yo estaba escuchando desde la habitación.
Su propósito declarado era "mirar si nos podían evitar de pagar el mantenimiento de la línea".
Ha empezado a soltar su discurso lleno de opacas referencias a que por su obra y gracia nuestra factura de teléfono iba a descender, y en pocos segundos ha pronunciado la frase "sáqueme la factura del último mes". Entonces mi padre ha preguntado -como ha podido, en mitad de la ráfaga- si el tío era de telefónica. La respuesta ha sido:
"Nosotro somo asesore"
Yo no sabía si partirme la caja o salir y escupirle en la cara al amigo "asesor".
A continuación mi viejo ha utilizado el polivalente recurso-de-la-mujer, y le ha dicho que las facturas las llevaba mi madre y que ésta había salido a comprar.
A lo que el tío ha respondido instantáneamente
- "a qué hora volverá"
- "no lo sé"
Ha seguido insistiendo contra las negativas de mi viejo y finalmente ha dicho:
- "venga pues me paso dehpué".
Ojalá entre tanto ese tío llame a la puerta de la familia Corleone y no /pueda/ volver. Qué asco da la gente así.
Alguna experiencia similar ?? Era un timador o sólo era un comercial con pintas de timador?