A mí estas hijas de puta que en base a sus ideas retrógradas y reaccionarias van a acosar y señalar a la gente, amenazando con sus móviles y poniendo en riesgo la economía y la salud de la persona que está ganándose la vida, no me suscitan ninguna empatía como seres humanos: muestran lo peor del ser humano.
En un nivel similar en la escala de miseria están los pedagogos que lo defienden acudiendo a los derechos del consumidor cuando en realidad están defendiendo un juego que ampara a estos neofascios. Lo más patético es que intentan camuflar sus ideas reaccionarias bajo el paraguas dialéctico de los derechos y la democracia, porque en realidad les da vergüenza sostener sus ideas abiertamente y tienen que ir de tapados. Por suerte por aquí ya les tenemos caladitos.