Mira tío...
Te voy a ser sincero: el problema es multifactorial, pero hay uno de esos factores que me chirría con facilidad: tú. No tus pensamientos, no tus patrones de sueño, no tus pensamientos obsesivos; tú. Definirte a ti sin esos molestos síntomas que nombras es difícil, pues forma parte de ti ahora mismo, pero si trato de escudriñar tu voluntad de entre las palabras que escoges para expresarte, creo poder dictaminar que hay algo en tu conducta, en tu forma de ser, que facilita que tu patrón de pensamiento tenga una tendencia a la obsesión y la obcecación que deriva de ésta.
No pareces alguien estúpido ni tampoco preocupantemente carente de cultura/conocimiento, lo que nos da un buen punto de comienzo para atajar este probleam desde un prisma racional (que como ya te han dicho, la racionalización de los problemas es crucial en estos casos). Lo que voy a decir puede interpretarse como una ofensa, pero te pido que tengas en cuenta que no te conozco de nada y que sólo son observaciones, por supuesto no carentes de sesgo por mi parte, pero sí concienzudas en base a lo que has dicho.
Dices que tus pensamientos te llevan a una visión nihilista de la vida. Y bien, ¿qué pasa con ello? Hoy en día, mucha gente huye de esta postura existencialista por su aparente crudez: la falta de propósito, o un dios que te arrope, o una pizca de "soy especial", es algo que hace rechinar los dientes de hasta la más tenaz de las mentes. Y la mayoría, pese a que seguirán haciendo gala de su ateísmo a los cuatro vientos, cuando les pones en la cara la perspectiva nihilista y sus variantes, lo único que hacen es mirar a otro lado. Sí, amigo, si quieres gozar de cierta autenticidad, de poder decir que sabes por qué (y para qué) vives, lo primero es abrazar ese concepto. Estudiarlo, reflexionarlo, y aceptarlo. Sólo así yo me he conseguido librar también de la ansiedad, del dolor existencial que tanto ataca a esta nuestra raza humana, carente de dios, carente de razones. El dejar de ver hacia otro lado es el primer paso para convertirte en el verdadero dueño de ti mismo.
Eso por una parte. Por otra parte, no aisladamente sino en consecuencia de la primera, te diré que tu psique se ve profundamente alterada por tu entorno. ¿Podrías dar información sobre cómo son tus padres, y bajo qué principios te han criado? Puedo entrever que te han educado en un entorno que al menos parece ligeramente conservador, no muy afín a que hagas amigos de toda clase, y que te han posicionado en un entorno donde "el sueño americano" (europeizado, claro) era el camino a seguir. Veo que guardas una concepción negativa de las drogas, tienes cierta manía al que da uso de ellas, y no sólo porque puedan caer en peligrosas adicciones, sino porque simplemente te parece mal. Te gusta la conciencia limpia. Divinificas la sobriedad de la mente del cultivado. O quizá simplemente no te atrae la idea de llevarte con gente de una clase social distinta a la tuya, quizá menos temerosa de usar ciertas moléculas en provecho de su diversión.
En cualquier caso, veo una actitud muy snob por tu parte (no te ofendas). Te sientes aislado, sin saber muy bien qué hacer para volver a tener una vida social que te haga sentirte tranquilo. Básicamente, intentas huir de tus pensamientos introspectivos (cosa que no deberías) a través de la aceptación social. Todo se trata de eso, y tranquilo, le pasa hasta al más chulo de los chulos. Lo que pasa es que no te vale cualquier aceptación; necesitas aceptación de aquellas personas que consideras... aceptables?
En tu mente existe una discriminación de origen cultural, no me preguntes si al paradigma de ocio contemporáneo (que suele conllevar el uso de drogas) o a la gente; esa pregunta has de contestarla tú mismo. Lo que te recomiendo, es que primero ordenes un poco tu mente, estudies un poco de filosofía si es que tanto te gusta, trates de dar respuesta a tus preguntas existenciales (o dándote cuenta y aceptando la carencia de estas respuestas), y luego, des rienda suelta a tu libertad como ser vivo, y experimentes. Experimenta conociendo gente nueva. Experimenta yéndote a vivir a otra ciudad, una con más gente y oportunidades. Experimenta intentando abrirte emocionalmente a alguien (también entra la amistad aquí). Experimenta con la gente que vayas conociendo, y no te prives de hacer lo que parece que a ellos les divierte.
Sin necesidad alguna de argüir bajo premisas hedonistas, te recomiendo que trates de ser feliz, incluso si eso implica reconstruirte a ti mismo. Acepta que tus obsesiones vienen de tus miedos, que a tu vez, vienen de los muros que tu propia mente levanta. Muros que te impiden conectar, que se tornan blandos cuando la disonancia cognitiva ataca, pero que rápidamente tus principios echan abajo ante la presencia de otros miedos que, para tu pesar, te han inculcado.
Pero bueno... ¿a quién no le ha pasado algo parecido, en mayor o menor medida? Te hace falta determinación, determinación por buscar tu propia felicidad, y eso requiere deconstruir tu realidad. Aceptar tus pensamientos introspectivos, aceptar tu propia mortalidad, aceptar que los demás estamos en la misma, y aceptar que la realidad siempre te guarda sorpresas, buenas y malas, en el camino que es la vida. Recorre ese camino, realiza cambios en tu vida, y si te sigue haciendo falta, busca un poquito de ayuda externa para que te ayude a dar el empujoncito necesario para cambiar de fase en fase. Y eventualmente, la gravedad de tu condición se atenuará hasta niveles que no habrías imaginado. Pero eso, amigo, depende de ti.
Saludos.