Tres crímenes con el mismo patrón disparan las alertas en la Comunitat
Las víctimas fueron estranguladas y los cadáveres aparecieron en acequias | Los asesinatos cometidos en los últimos cinco meses en Elche, Silla y Valencia coinciden en las maneras de matar y deshacerse del cuerpo
Acequia Real de Moncada donde apareció el cadáver de una mujer. / D. TORRESLa casuística criminal dice que es poco probable que se repita un 'modus operandi' en una misma región en un corto período de tiempo, pero tres mujeres han muerto estranguladas en cinco meses en la Comunitat Valenciana, y los tres cadáveres fueron hallados en acequias de Elche, Silla y la pedanía valenciana de Massarrojos.
Los casos de Alicia, Florina y Olga, que no guardan ninguna relación pese a las coincidencias en la manera de matar y la forma de deshacerse del cuerpo, se unen a otros crímenes y desapariciones como los de Marta Calvo, Arliene Ramos, Lady Marcela Vargas, Wafaa Sebbah y Elisabet Ramos. La lista de víctimas es preocupante, demasiado larga, y ha encendido las alarmas.
La primera de las tres mujeres estranguladas tenía 45 años y era funcionaria de la Administración de Justicia. Alicia llevaba una vida ordenada en la pedanía de La Hoya en Elche con costumbres fijas, como los paseos a diario con su perro, residía con su madre en un piso cerca del lugar donde la asesinaron y no tenía pareja.
La Policía no descarta que se trate de un crimen casual y que la víctima fuera elegida al azar por un hombre que la atacó por la espalda. Los investigadores no hallaron ningún indicio que les haga sospechar que la mujer pudo sufrir un intento de agresión sexual antes de ser estrangulada.
El cadáver fue hallado en una acequia a unos 200 metros de su casa. El crimen tuvo lugar entre las 17 y 18 horas del 6 de noviembre de 2020. Varios testigos vieron a un sospechoso que vestía un chándal con capucha y que caminaba con una ligera cojera.
Cinco meses después del asesinato, la Policía no consigue avanzar en las investigaciones. Los especialistas del Laboratorio de Informática Forense analizaron el teléfono móvil de Alicia para buscar posibles pistas que arrojaran luz al caso, pero los datos e imágenes que obtuvieron del aparato no aportaron ninguna información relevante.
Los otros dos crímenes son muy diferentes en cuanto al perfil de las víctimas, pero tienen los elementos comunes del estrangulamiento y el lugar del hallazgo del cadáver. Florina Gogos, de 19 años, fue asesinada el 8 de enero de 2021. Un cazador encontró el cuerpo de la joven rumana el 30 de enero en una de las acequias que discurren entre Silla y la Albufera.
Florina desapareció después de subir a un coche conducido por un hombre y no regresar al lugar donde ejercía la prostitución, un ramal de enlace con la pista de Silla, en el término de Albal. En una grabación de una cámara se aprecia cómo sube a un vehículo de color blanco. La joven era víctima, presuntamente, de una mafia de prostitución, pero un juez archivó la investigación por falta de pruebas en un auto fechado cuatro días después de la desaparición de la chica.
La tercera víctima, Olga Pardo, de 43 años, también fue estrangulada. Un agricultor halló el cadáver de la mujer el pasado 6 de abril en una acequia en la pedanía valenciana de Massarrojos. La Guardia Civil trata de reconstruir sus últimas horas de vida tras analizar conversaciones de wasap y llamadas de móvil.
La falta de testigos y la ausencia de restos biológicos del homicida en el cuerpo arrastrado por la corriente dificulta las investigaciones. El cadáver estuvo entre 24 y 36 horas sumergido en una acequia que discurre por 21 municipios.
El efecto imitación
Según Paz Velasco, jurista, criminóloga y profesora de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), los autores de los tres crímenes tendrían diferentes motivaciones, pero en el último caso «hay más posibilidades de que hubieran imitado el método para matar y el lugar de abandono del cadáver», el estrangulamiento y la acequia, respectivamente.
«Los medios de comunicación reiteran y dan datos que son escuchados y leídos por miles de personas. Toda esta información sobre crímenes puede generar comportamientos violentos, pero no convierte a una persona en un asesino», sostiene Velasco.
Respecto al efecto imitación, la criminóloga afirma que es importante «cómo, cuando y qué se transmite de una muerte violenta o una investigación criminal. Las fotografías, los vídeos, la identidad del asesino, algunas de sus características, el arma del crimen o el 'modus operandi' influyen de distinta forma en el público». La jurista añade que los medios de comunicación «pueden dar el último empujón en sujetos que ya tienen un motivación previa o se han imaginado a sí mismo cometiendo un crimen».
https://www.lasprovincias.es/sucesos/tres-crimenes-disparan-20210414005826-ntvo.html