Trump propone mandar a la cárcel junto a violadores a los periodistas que ejerzan el secreto profesional
Donald Trump quiere que los periodistas que ejerzan el secreto profesional -es decir, que no desvelen sus fuentes, una práctica totalmente institucionalizada en todos los paises con libertad de expresión- vayan a la cárcel y sean violados allí.
Así lo ha dicho el ex presidente estadounidense en un mitin en el estado de Ohio, en apoyo del inversor y autor del best-seller Hillbilly Elegy, J.D. Vance, que se presenta al Senado en las elecciones que se celebran este martes. En el acto, Trump comentó la filtración anónima a los medios de comunicación de la sentencia del Tribunal Supremo que abrió la puerta a que el aborto fuera derogado en numerosos estados de Estados Unidos, y se preguntó por qué no se ha descubierto a la persona que violó las normas de la instancia judicial más importante del país. Fue entonces cuando el ex presidente sugirió su doctrina sobre la libertad de expresión, que probablemente compartan Xi Jinping y Vladimir Putin, entre otros destacados líderes mundiales.
"Es muy fácil: le dices al periodista "¿quién es?"", dijo Trump en relación a la identidad de la fuente. "Y el periodista tiene dos opciones: decírtelo o no. Si el periodista no quiere decírtelo, el periodista va a la cárcel. Y cuando el periodista sabe que lo van a 'casar' en dos días con un preso que es extremadamente fuerte, duro, y malo, el periodista, o la periodista, te va a decir, "mira, creo que te voy a dar la información, éste es el que me lo contó, sacadme de una condenada vez de aquí"", concluyó.
La doctrina de Trump de poner a presos de libertad de información en la misma celda que presos comunes ha sido muy empleada por la Cuba de Fidel Castro, y Rusia -tanto en la época soviética como en la de Putin- con excelentes resultados para ambos regímenes. Evidentemente, ni la Cuba comunista ni la Unión Soviética ni Rusia son democracias, pero ése parece ser el modelo que Trump plantea a sus seguidores. SIn secreto profesional, por ejemplo, no habría habido investigación del Watergate, ni, tampoco, de los GAL o de Filesa en España. Los 'papeles de Panamá' nunca habrían sido difundidos, el fraude de la empresa Theranos jamás se habría descubierto, y las torturas realizadas por los soldados estaodunidenses en la cárcel de Abu Ghraib, en Irak, jamás habrían sido desveladas. En otras palabras: no habría libertad de prensa.
Para ello, cuenta con la aquiescencia de éstos y el silencio de la sociedad y los líderes de opinión. Ni un solo republicano ha criticado sus declaraciones. Eso es comprensible debido al apoyo del ex presidente entre los votantes republicanos. El propio Trump insultó a J.D. Vance en presencia de éste en septiembre, en otro mitin en Ohio, cuando dijo que el candidato al Senado "me está lamiendo el culo". Aparentemente, Vance considera eso un elogio, dado que ha vuelto a invitar a Trump a que haga campaña por él. Así es como Trump trata a sus aliados y cómo éstos lo toleran. En relación a sus enemigos, el ex presidente dio el lunes otra muestra de su delicadeza, al llamar "animal" a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, cuyo marido fue víctima de un ataque por un seguidor de Trump que le fracturó el cráneo a martillazos. El ex jefe del Estado y del Gobierno explicó en el mitin las razones del insulto contra Pelosi, cuyo cargo es el tercero de más relevancia institucional en Estados Unidos: "Me hizo dos impeachment".
Trump se ha convertido en el protagonista del cierre de la campaña de las elecciones legislativas de Estados Unidos. El ex presidente ha vuelto a dar una exhibición acerca de cómo capturar la atención mediática en detrimento no solo de sus rivales, sino también de sus propios aliados, con la declaración de que hará "un anuncio muy grande" el martes de la semana que viene.
Esa afirmación ha desatado la especulación acerca de una nueva campaña presidencial de Trump, que cuenta con el apoyo de los votantes republicanos, aunque no de los líderes del partido. Así que las elecciones del martes se han convertido, con solo una frase de Trump, en parte del debate sobre su futuro político.
¿Pero que coños tiene este tío en la azotea?