La derecha liberal ha ganado las últimas elecciones holandesas, pero por los pelos. El VVD de Mark Rutte ha cosechado 31 escaños y el 20,42% de los votos, mientras que su más directo adversario, Job Cohen, cabeza de fila de los laboristas (PvdA), se ha quedado con uno menos (19,61%). Los democristianos de Balkenende (CDA), que en la coalición gobernante forzada a la dimisión el pasado febrero por una disputa sobre la permanencia de las tropas en Afganistán ocupaba la posición de referencia con 41 escaños, ha perdido 20 y queda en cuarto lugar al no haber contabilizado más que un 13,63% de los sufragios. Es la extrema derecha islamófoba de Geert Wilders la que se ha confirmado como tercera fuerza política del país, con el 15,48% de los votos y 24 escaños.
El resultado refleja, en líneas generales, las grandes tendencias de voto barajadas antes de la jornada electoral. Esencialmente, los holandeses han demostrado una fuerte preocupación por el deterioro de la economía -de ahí el apoyo a las políticas de austeridad de Rutte que, sin embargo, ha sido menos pronunciado que el que se le anunciaba-, pero prefieren combatir la situación sin correr riesgos excesivos -por ello el segundo puesto de Cohen-.
Las urnas, además, han confirmado una corriente detectada en otros países europeos. Una parte del electorado rechaza las políticas de inmigración y percibe al islamismo más radical como una amenaza para la identidad holandesa. Sólo así se explica el espectacular despegue del PVV de Wilders, que ha pasado de 9 a 24 escaños.
Con este rompecabezas de resultados, las especulaciones sobre la nueva coalición que deberá regir los destinos del país, fundador de la UE y una de las economías más prósperas del planeta, se disparan. Sobre el papel, y por la aritmética parlamentaria -la mayoría requerida son 76 escaños en una Cámara de 150-, son técnicamente posibles alianzas de centroderecha y de centroizquierda, con los liberales de Rutte al frente en los dos casos.
Coalición multicolor
El problema lo plantea el PVV de Wilders. Sus resultados muestran un núcleo amplio de población muy molesto con las políticas de inmigración practicadas por los sucesivos gobiernos del país y son varios los analistas que consideran imprudente ignorar esa realidad.
A Rutte, seguir esos consejos le obligaría a constituir una coalición decantada abiertamente a la derecha, dejando fuera a los socialistas, que le vienen pisando los talones, pero la alternativa sería una coalición de centroizquierda con los socialistas, verdes y otras formaciones minoritarias, que desvirtuaría el núcleo del mensaje liberal y que dejaría al ganador de los comicios en minoría ideológica dentro del gobierno constituido por él mismo.
Consciente de la compleja situación, Wilders continuaba ayer con su estrategia de presión para acceder a la dirección del país. «Queremos entrar en el Gobierno y están obligados a contar con nosotros», proclamaba exultante a pesar de no haber alcanzado la condición de 'hombre fuerte' de la política holandesa que se le vaticinaba hace apenas unos meses. «Traed vuestros arietes porque a partir de mañana vamos a darles el infierno», llegó a arengar a sus seguidores en referencia a su clara intención de formar parte del Ejecutivo.
El resultado electoral del PVV, sin duda muy notable, avivó ayer la esperanza de las formaciones de extrema derecha del continente. En Francia, el Frente Nacional de Le Pen saludó el resultado del partido de Wilders calificándolo de «una gran victoria».
Las voces más prudentes en el país reconocen que el legado político de estos comicios va a ser muy complicado de gestionar, y que las negociaciones para constituir la nueva coalición de gobierno podrían requerir meses.
Font: http://www.larioja.com/v/20100611/mundo/ultras-holandeses-exigen-entrar-20100611.html
Desde mi humilde opinion, como buen holandes que soy (y tras votar al señor Wilders.), pienso que por fin alguien tiene lo que hay que tener para denunciar un grave problema que actualmente esta acechando, no solo holanda, sino a muchos paises del mundo y especialmente europeos: La inmigracion
En holanda es realmente alarmante la masiva entrada de musulmanes al pais, no hay mas dar una vuelta por un barrio random de holanda, y parecera que estas en marruecos. Hay que tener mucho cuidado al dar la vuelta a la esquina, porque siempre habra algun turco, marroqui etc... intentando hacer algo malo.
Un problema que le trae problemas al señor Wilders, pero un problema que por fin, tras obtener 24 escaños, parece que tendra solucion.
Dentro de unos años, mas temprano qeu tarde, este señor sera presidente de Holanda, trayendonos la paz que tanto ansiamos, la vuelta a la normalidad.