"Como verá, don profesor, he hecho el trabajo, y muy bien por cierto (discúlpeme la falta de modestia, pero carezco de abuela). Una vez que Vd. ha corregido el magnífico trabajo (discúlpeme de nuevo), puedo decirle, sinceramente, que vuestra merced será objeto de innumerables maldiciones, será el sujeto de mil y una frases con palabras malsonantes salidas desde lo más profundo de mi alma y, en definitiva, me cagaré en todos sus familiares fallecidos y por fallecer.
Es todo, ruego que me disculpe pero es que es usted un cabrón amargado, y a mi ese tipo de gente me repatea las entrañas.
Buenas noches, don profesor."