La víctima ha leído esto en el Congreso de los Diputados en el acto ‘Tribunal de mujeres’ organizado por la plataforma 7 N contra las violencias machistas:
“Voy camino a casa, estoy cansada y decido irme. Camino por la calle, sin miedo, pero con miedo. Me siento en un banco donde hay un conocido. Estoy cansada. Hablo con él y vienen tres más. Estoy incómoda y decido irme. Se lo digo e insiste en acompañarme. No quiero, pero parece que mi opinión no importa y estoy cansada. Cansada de vivir siempre con miedo.
Sin saberlo, ellos planeaban violarme. Me besa pero no quiero hacerlo. De pronto me cogen por los brazos y me meten en un callejón. Se me hiela el cuerpo. El corazón me palpita fuerte. Quiero gritar, quiero correr, quiero no estar aquí.
Está oscuro y tengo miedo. Realmente tengo miedo. Por favor, que me dejen aquí. Por favor. Me rodean, me quitan la ropa, se quitan la ropa y me ponen a cuatro patas. Quiero irme, tengo miedo.
Que pase ya, que pase ya”. Me ponen sus penes en la boca. No quiero hacerlo. Me penetran. Que pase ya. Que pase ya. Eyaculan dentro de mi sin preservativo. Que pase ya, que pase ya.
El tiempo no pasa. Me siguen penetrando. Por delante, por detrás, por todos lados. Se ríen, me hace fotos, me graban. Su poder es mi condena. No puedo soportarlo. Que pase ya, que pase ya.
Se van. No sé cuanto tiempo ha pasado. Me quitan el móvil como si eso fuera relevante para mi ahora. Me pongo la ropa, no sé como lo hago.
Mi cabeza da vueltas. Camino pero no tengo fuerzas, ni ganas. Las lágrimas brotan por mis mejillas sin poder controlarlas. Tengo frío, calor, tiemblo, no me controlo.
Me tumbo en un banco, me acurruco. Cierro los ojos, que no haya pasado, que no haya pasado, que no haya pasado.
Resulta que tu puta noche de locura ha sido mi destrucción. Tu ‘follándonos a una entre cuatro’ es ‘destrozando a una entre cuatro’.”