Drácula existió, pero no como lo conocemos a través de las novelas o películas. Este personaje está inspirado en un hombre llamado Vlad III de Valaquia (actual Rumanía). Bram Stocker se fijó en él para crear el personaje de Drácula. Vlad encarnaba el mal en estado puro, al igual que Drácula, además de que procedía de la actual Rumanía dónde el mito de los vampiros estaba más arraigado.
Éste hombre ha pasado a la historia por beber sangre y convertirse en murcielago, sino por ser un ser extremadamente malvado, asesisno sanguinario y persona sin escrúpulos, incluso para la época en la que vivió (sXIV).
Podeis hecharle un vistazo a sus aventurillas en la Wikipedia y flipar con lo que era capaz de realizar. He aquí algunos extractos:
Un día cuando Vlad paseaba con un monje junto a un bosque de empalados, éste le dijo que el hedor era insoportable, pero se lo dijo en tono de sorna. Vlad le miró con ojos incendiarios y ordenó que lo empalaran en el palo más alto que hubiera. Cuando el monje ya estaba empalado el príncipe le dijo si allí arriba olía mejor.
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El siguiente grupo para él improductivo con el que quiso acabar con ellos, fueron el de los gitanos. Vlad reunió a los trescientos de una comarca, mandó que asaran a los tres líderes para que los demás los comieran y se alistaran al frente turco, sino todos serían asados. Los gitanos optaron por lo primero.
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En 1460, 10.000 hombres fueron empalados en Sibiu. En 1461 Mehmed II, el conquistador de Constantinopla, un hombre al que no se le conocía precisamente por su repugnancia ante la efusión de sangre, se volvió a la susodicha ciudad enfermo de violentos vómitos ante la visión del Bosque de los Empalados. Este peculiar "Bosque" era un valle donde se habían talado todos los árboles para obtener estacas. Estacas suficientes para empalar a más de 23.000 prisioneros turcos, húngaros, rumanos, búlgaros y colonos alemanes y sus familias empalados allí mismo, repartidos por todo el valle, en lo alto de los palos. Éste hecho lo dejó escrito el propio Vlad ya que mandó una carta el día 11 de enero de 1462 al rey de Hungría, Matías I Corvinus, en la que escribió que había empalado a más de 20.000 personas y lo sabía bien ya que fueron cortando la cabeza a cada uno para facilitar el recuento. Además de la carta también envió al rey húngaro dos grandes sacos con orejas, narices y cabezas de sus víctimas.
En total acabó con el 20% de la población donde gobernaba. Más otros tantos enemigos.