Dirán lo que quieran, pero yo por muy bien que trabajen sigo prefiriendo ver una obra en su formato original y, si es en un idioma que no conozco, subtitulado. Considero que se pierde más esencia de la película traduciéndola que perdiéndome ciertas cosas -que son mínimas- por leer unos subtítulos.
No es que critiquemos a los dobladores por criticar, sólo hay que mirar al resto de países.
Por lo demás, el documental está bastante bien. Se me ha hecho muy interesante ponerle cara a los dobladores que tanto tiempo llevamos escuchando, como el de Samuel L. Jackson o el de Morgan Freeman. Sobre todo me ha gustado el de Jhonny Depp, Jim Carrey y Cusack.