Vuestra vida.

Me alegro con pena. El dolor me causa placer , estoy tan gordo que ocupo los dos lados de la balanza , como por que cago ,y cago por que como , todo se reduce a eso.

#4 Me agrada servirte de ayuda

¿Edad mínima para poder contestar?

Ahora enserio, hay mil posts como este pero gracias a #7 me he reido.

#12 casualidad.

Es como a la gente que le toca la lotería, pero en pequeñas porciones y más repartido. La felicidad no está en lo que tienes o en todo el que te apoya, sino en lo que eres (como persona).

Estoy feliz por que esta tarde me ha entrado una tia mientras compraba cigarrillos pero a la vez estoy un poco triste por que me he quedado sin bebes para fumar.

#15 Felicidad por que te a entrado una piva?

Tu dame suministro de tabaco durante 25 años y veras como se me iluminan los ojos!!!

Actualmente soy medio-feliz, aunque no me quiero explayar sobre mi idea de la felicidad, simplemente contaré en resumidas cuentas el porqué.

Tengo trabajo(+) aunque me explotan en cierto modo(-) pero gracias a ello tendré la suficiente pasta para pegarme un verano de la ostia(+), en el aspecto sentimental me va bien(+) pero tampoco como quisiera que me fuera realmente(-) y por lo demás, esta semana estoy de vacaciones(+) asique hago lo que me da la gana y tengo un pequeño adelanto del sueldo para hacerlo(+) aunque me deprime pensar que el sábado volverá el suplicio hasta el 20 de mayo(-)

Haciendo cuentas (+)x5 (-)x3

Vamos, que no me va mal del todo, estoy contento ^^

#20 xDDDDDDDDDD Todo correcto, me alegro por tí =P

Nací en Szczecin, Polonia, hace bastantes años, soy el mediano de tres hermanos y vivíamos en una casa de las afueras.
Cansado de toda la mierda comunista decidí largarme de allí. Primero intenté largarme como pude vía Hungría-Austria, pero con las pocas probabilidades que le veía, decidí volver y probar suertes intentando ir a Gottland en algún barco sueco. Al fin y al cabo si salía mal me cortaban los cojones, y ahora lo cuento como una anécdota más, pero fue la polla.

Bueno, volví a Szczecin, mi hermano mayor se había largado Dios sabe a dónde y mi hermano pequeño estaba con unos familiares, así que lo cogí y me lo llevé. Conseguí sitio en un barco sueco a Gottland haciéndome pasar por holandés. En reaidad no coló, pero me vieron en una situación bastante jodida y decidieron llevarme de "polizón".

El barco, antes de llegar a Gottland, nos dejó en el sur. De allí fuimos a Gotemburgo y después a Copenhague. Debíamos tener unas pintas horrendas porque la gente nos miraba con pena y muchos nos daban dinero, cosa que agradezco pero que ayudó tremendamente a autocompadecerme y sentirme una mierda.

Encontré trabajo en un bar donde nos daban alojamiento y comida. Después conseguí un trabajo como traductor en Molde, Noruega. Y después de un tiempo vine a España. Pude elegir Barcelona o Madrid, pero me decían que hablase catalán y dije: cojo Madrid.
Y aquí estoy. Sigo sin saber nada de mi hermano mayor.

Molde, Noruega.

¿Allí aprendiste español? Nose, has dejado una gran laguna :s

#26 ^_

#23

Se te ha olvidado decirnos como has conseguido ese magnífico bigotazo de machoman.

PD: para cuando el libro?

#26 "Pude elegir Barcelona o Madrid, pero me decían que hablase catalán y dije: cojo Madrid."

Eso no es cierto. Estás mintiendo como un bellaco. Hace 10 años aquí el catalán estaba marginado. Sólo lo hablaban cuatro abuelos del pueblo y cuatro punkis republicanos. Gracias al tripartito de Montilla y su fuerte carácter y sobretodo al profundo respeto de Carod-Rovira por la Constitución, ahora hay un verdadero bilingüismo y ninguna de las dos lenguas pisa a la otra. Ni a nivel social ni sobretodo administrativo.

Ay no! Ya lo he vuelto a contar al revés. Que despistado soy.

Bueno, respecto a mi vida (curiosamente para mi también es una noche aciaga, aunque yo si tengo cigarros) llevo 10 años en stand by. Todo empezó por una mudanza y un mal de amores agudo, pero llevo tanto tiempo que ya lo que menos importa es como empezó. En estos 10 años me he tenido que despedir una a una de mi autoestima, de mi fuerza de voluntad, de mi buen humor, de mi empatía, de mi sociabilidad y puede que cada vez que se abría la puerta se escapara algo más. Pero ya he perdido la cuenta. Quizá algún día vuelvan.