Tamara-Ámbar-Yurena lo ha vuelto a hacer.
Ha dejado atrás la época del "No cambié" y todos sus éxitos para darle al mercado musical lo que éste estaba pidiendo a gritos: música discotequera, joven, en inglés y con mucho, mucho autotune, tanto que no parece ni su voz.
Ese dominio guapo del inglés.