Se suele decir que si algo funciona, no debe de tocarse. Pero en La Sexta se han cansado de pregonar a bombo y platillo el cambio en las retransmisiones de motor más rentables: La Fórmula 1 como nunca la habíamos visto. La cabecera, por ejemplo, es la versión extendida de alguna de las promos con las que nos han acrivillado en estos últimos meses. Se trata de una versión futurista de los actuales bólidos, inspirada en las carreras de vainas de Star Wars, cuya pretensión era la de indicarnos de forma visual lo novedoso de esta nueva era. Y ante tal espectación el resultado ha sido decepcionante.
Un cambio sin apenas cambios
Más allá de los fallos técnicos, comprensibles en el debut, me centro en analizar los cotenidos, una cuestión a priori más importante. El previo es un más de lo mismo. No he visto grandes cambios ni una apuesta seria y concreta por la innovación. He visto un previo telecinquero con cambio de logo. Es cierto que se han esmerado en la puesta a punto, en el grafismo, en el diseño y en la edición de ciertos reportajes, pero lo han hecho con resultados dispares:
· Los gráficos e intros son de los ya no se llevan. Parecen más própios del Starcraft y no se sabe muy bien si están ofreciendo los datos técnicos del circuito o las claves para rescatar a la teniente Sarah Kerrigan.
· La voz en off es la misma que en telecinco.
· No me desagrada la sintonía, aunque las bases siguen el mismo patrón que en la cadena amiga.
· Chapó a los reportajes. Muy cuidados y elaborados. No es nada que no hayamos visto, pero la calidad no tiene nada que envidiar a la de sus predecesores.
· Me encanta esa especie de 'diario de a bordo' que conduce Nira Juanco. Mezcla ese entusiasmo del que entra por primera vez en ese mundo nuevo y fascinante, que es el Gran Circo, con una propuesta cercana y amena. Me parece el "cambio" más notable y productivo de todos.
· No me gusta la traducción simultánea en las entrevistas 'a pie de campo'. Eso de que un señor desde Madrid esté solapando su voz por encima de la del entrevistado, incluso llegando a bajar la voz del sonido ambiente, le resta gran cantidad de realismo. En el caso de las ruedas de prensa me parece mucho más acertado.
En cuanto a la carrera, lo previsible. La realización no depende de La Sexta, es señal internacional. Cambios íbamos a ver pocos y uno de los que he visto más vale que lo supriman. Durante los cortes publicitarios la típica ventanina 'Picture in Picture', que sigue ofreciendo el directo de la carrera, de repente muestra toda la cabecera del programa, sin sonido y con menos sentido, dejando al espectador sin la posibilidad de ver qué sucede durante esos minutos. Bueno sí, cambiando a alguna de las autonómicas que la ofrecen.
Un nuevo equipo que no aporta demasiado
El equipo humano me ofrece serias dudas. Todavía no sé muy bien cuál es las función de Jacobo Vega, una especie de Iker Jiménez hablando a trompicones que se encuentra totalmente desubicado. Es cierto que entiende, viene de redactar para la revista Grand Prix y colaborar con Onda Cero, pero yo no acabo de creerme su personaje. Se muestra forzado, casi torpe. No creo en su potencial pegado a un micro y discursos guionizados. Para colmo, en uno de sus escasos aportes al directo durante la carrera, protagonizó uno de los momentos más surrealistas del programa. Advirtió que Kubica había perdido muchas posiciones a causa de un trompo cuando lo único que había hecho era entrar a respostar y los tres miembros de la cabina llevaban unos minutos comentándolo. Menos mal que rectificó al darse cuenta.
Mejor incorporación ha sido la de Nira Juanco. Lástima que sólo esté ahí para cubrir el cupo de féminas en las retransmisiones deportivas del país, ya que su experiencia en el mundo del motor se centra en las retransmisiones de GP2 durante 2008, posiblemente cuando ya sabían en la cadena cuál sería su puesto para este año. Antes de eso había trabajado como redactora en informativos de CNN+ y en Localia. No obstante pasa el corte con nota. Le pone ganas y enstusiasmo, se deja querer por la cámara y tiene esa complicidad con el equipo que resulta entrañable. Un acierto.
Sosez en la cabina
La cabina es un mundo distinto, irreal, fantástico. Me imagino a Pedro de la Rosa poniendo caras, o aguantándoselas de vez en cuando ante ciertos comentarios. Soy seguidor de Alonso y partidario de cierto subjetivismo en las retransmisiones en las que interviene algún representante español, como Cuatro en la Eurocopa o en el tenis con Nadal. Es lo normal y lógico. Pero Antonio Lobato conduce la retransmisión con absurdo fanatismo. Su degeneración es equiparable a la del alzheimer con el paso del tiempo. Es incapaz de ver las cosas de color neutro, parece verlas bajo el azul de las gafas de Briatore. Y para postre cada vez se entera de menos. Ayer vio como Kúbica entraba en boxes cuando era Heifield, narró el adelantamiento de Alonso a Hamilton, cuando era Hamilton tratando de pasar a Piquet. Y así mil. Por no mencionar cuando Alonso falla en algún sector con su recurrente teoría del 'debe de haber encontrado tráfico'.
Por su parte Víctor Seara, que tiene varias luces más que Lobato, no aporta mucho más que datos ténicos y estadísticos en sus intervenciones. No veo un acierto su incorporación a la cabina. Dejando al margen su nivel periodístico, que lo tiene, y su cultura y experiencia en la competición, que también y bastante más que Lobato, la cabina necesita alguien con distinto ritmo. Víctor no lo tiene. Es insípido, con un tono lineal en cada uno de sus comentarios. Con Gonzalo Serrano te reías, de él o con él, pero variaba el matiz. Se metía con Pedro, algo que comenzaba a cansar hasta al propio piloto, era redundante hasta la saciedad, pero era al fin y al cabo era marca de la casa. Quién me iba decir que lo echaría en falta.
Con todo, la audiencia siguió fiel a la cita: 40,4% el sábado y más de un 60% el domingo. Será interesante comprobar si esta tónica se mantiene toda la temporada si la competitividad del R29 no mejora.