No tengo nada de amargado, sólo me fastidia que la serie se haya pasado años desaprovechando sus propios recursos, redefiniendo sin coherencia su lore y sin saber qué hacer con sus personajes para finalmente terminar con el desenlace más facilón que se les podría haber ocurrido en una tarde contada.
Bien, súmale la muerte de los arcángeles si quieres, ¿y qué? Dios sigue siendo un ser primigenio que acaba de eliminar infinitos universos con sus respectivos cuatro arcángeles y que terminó la temporada anterior matando de un chasquido a un nefilim tan dopado que pudo deshacerse con relativa facilidad del Miguel alternativo. No sólo eso, sino que este Dios en particular lleva dentro a la otra entidad más poderosa de la creación. Jack en ningún momento ha absorbido el suficiente poder como para anular completamente a un ser con habilidades de tamaña magnitud, creo que ni tú ni los propios guionistas sois conscientes de la bestialidad que era Chuck tal y como quedó representado ¡antes! de absorber también a la Oscuridad.
Mark Pellegrino te ha encantado porque es un muy buen actor y sabe defender el personaje que le eches, pero este último Lucifer era una caricatura absurda y el pico de degeneración de un personaje que nunca recurrió a boberías tan infantiles en la época Kripke (ni años después). Apenas soporté la retahíla de Lucifer comportándose como el villano de Scary Movie (quien básicamente es el reciclaje tonto de la buena parodia del cine de terror), la nueva Muerte siendo despreciada casi como burla a los nostálgicos de Julian Richings o el diálogo ése sobre que los hermanos son muy lentos. Personalmente, toda esa subtrama me pareció torpe de cojones y me sacó completamente del episodio.
El final de Chuck no está mal por, efectivamente, lo poético del asunto, aunque a la hora de la verdad siga siendo un escritor relativamente famoso y con conocimientos ancestrales, así que más le valdría a Jack vigilarlo bien porque igual va y te aparece con las varias armas divinas que tendrá repartidas por el mundo. En cuanto a la interpretación de Rob Benedict, a mi juicio se ha quedado un poco corto en algunas partes pero en general bastante bien, sí.
El problema es que se han encargado de Dios como se encargarían de cualquier villano de temporada, pero es que no es un villano de temporada, es el todopoderoso creador de infinitos universos, y un guionista de verdad, con un poco más de sesera o al menos motivación por crear algo meritorio, habría sido lo suficientemente listo como para exprimir al máximo esa línea meta que el propio Chuck inició haciendo uso de los recursos que el propio universo ya te ponía en bandeja (la relación de Dean con Amara, la Muerte original diciendo que algún día segará a Dios, la premisa después reculada de que éste no tenía poder en el Vacío, el hecho de que una creencia colectiva puede proporcionar poderes reales a un ser hasta el punto de elevarlo a niveles semidivinos, que hubiera universos paralelos con criaturas como las hadas, tan poderosas que sudaban de Lucifer...). Lo que no me parece de recibo es conformarse con un desenlace tan vago como el que nos han dado teniendo semejante potencial para concebir un argumento inteligente; que jugase mucho mejor con la idea de los libros, la escritura y el elemento meta; que realmente aprovechara premisas como que Dios tuvo que meterse en su propia creación para darle armonía (coño, que Dios entonces es un personaje, y si es un personaje igual también puede ser escrito por otro escritor), que jamás logró imaginarse un final donde él perdía, etc.; o que nos diera un arco para el propio Chuck con más riqueza, más reflexión, más... ¿algo? aparte de cabrearse porque los hermanos no quieren hacerle caso y poco más (y si se lo das a Amara también, perfecto).
Chuck, Amara, la Muerte... eran figuras centrales y primigenias de la realidad, personajes que representaban fuerzas complejas de nada, creación, fin... Y lo único que se les ha ocurrido, con todo lo que tenían tras quince temporadas, es que Jack se dopó un poco y por eso puede anular al creador y destructor de infinitos universos (Jack, ojo, no Dean y Sam por mucha tabarra que nos dieran con que eran los destructores de dioses y héroes a la antigua).
Y todo esto coronado con un Miguel echando por tierra el desarrollo de su personaje, un Dean exigiendo a Chuck que reviva a Castiel pero ya si eso paso de pedírselo a Jack, una Amara que simplemente es absorbida por uno u otro sin mayor repercusión en nada (ni en el personaje de Dios en sí, que ya no debería ser Dios sino equilibrio pero pasando, ni en las tramas abiertas con Dean ni en el universo como tal), unos planos rarísimos y un montaje de personajes que se olvida de la mitad de los relevantes pero pone a Asmodeo o al Lucifer rockero.
Buenísimo el final, sí, soy yo el amargado.