Me ha gustado mucho la primera temporada, mostrando algunos aspectos de la cultura japonesa como el hermetismo de la prensa, el respeto y el honor en los bajos fondos (que me ha recordado a la película Yakuza, con Robert Mitchum).
Los actores angloparlantes han hecho un gran esfuerzo por aprender japonés con total naturalidad y fluidez. Aunque se trata de un reparto coral, Sato me parece un personaje muy bueno, hasta el punto en que me he preguntado si tal vez él debería haber sido el protagonista. No me he saltado la intro ni una sola vez con tal de oír ese tema tan pegadizo. Huelga decir que las localizaciones de Japón son preciosas, tanto las céntricas como las más tranquilas.
Sobre el final.