¿Por qué ya no existe la telebasura?

-OnE-

Comparto esta columna de El Confidencial que me ha parecido muy interesante:


No sé si se ha dado cuenta, pero ya no existe la telebasura. Haga memoria: ¿cuánto hace que no escuchaba esa palabra? Ha caído en desuso, como “chipén” o “lechuguino”. Solo recuerdo una ocasión reciente en la que fue utilizada, con polémicos resultados: cuando la presentadora de TVE Elisa Mouliaá publicó un tuit en el que llamaba “telebasura” a ‘La isla de las tentaciones’. La Vanguardia cuenta que le cayó una buena, y que los simpáticos telespectadores le recordaron que era un término “obsoleto”. A lo mejor tenían razón, y no es que no exista la telebasura, es que es la palabra lo que se ha convertido en tabú.

Primera hipótesis: si ya no hablamos de “telebasura” es porque el uso de ese concepto nos convierte en elitistas. Si uno habla de “telebasura”, lo que hace es despreciar una serie de productos televisivos orientados hacia el colorín –ya sea rosa o amarillo– que, para más inri, suelen ser los más vistos. Utilizar “telebasura”, por lo tanto, lo convierte a uno en un snob y un clasista. Mal.

Segunda hipótesis: para que la “telebasura” exista, tiene que haber otra televisión buena, buena, buena. La que no necesita adjetivos. Quizá lo que ha pasado es que es imposible distinguir qué es realmente basura en mitad de un vertedero.

Tercera hipótesis: todos los programas de televisión, incluso el más reprobable moral y estéticamente, están muy bien hechos. En esto le pasa como al cine o la literatura. Es tan difícil ver una película mal hecha o un libro mal escrito (bueno…) como una película o un libro sorprendentes. Antes era al revés: incluso en las obras más cutres y fallidas uno podía encontrar algo que se salía de lo previsible. ¿El motivo? Una profesionalización del audiovisual que ha alumbrado a una nueva generación de profesionales suficientemente inteligentes, cultos y listos como para saber apelar a las bajas pasiones del espectador sin perder la elegancia y la distancia irónica.

Me gusta la definición que dio de la telebasura el escritor y crítico de televisión de ‘La Vanguardia’ Sergi Pàmies en un reportaje publicado en El Confidencial, porque refleja bien las tres hipótesis: “Es un término anacrónico, útil para situarse en los años noventa, pero superado por las circunstancias. No creo que ahora exista como tal, entendido como una tele que apelaba deliberadamente a las pulsiones emocionales más básicas. Estos formatos han evolucionado mucho. Ahora son una tecla más de la tele. Más que telebasura, yo hablaría ahora de populismo televisivo. Son programas que muchas veces están muy bien hechos, y cuando algo está bien hecho, cuesta llamarlo basura”.

Así que, si no hay telebasura, ¿qué diablos es ‘La isla de las tentaciones’?

Es posible que la razón profunda para que el término “telebasura” haya desaparecido de nuestros vocabularios se deba al primer principio cultural del siglo XXI: hagas lo que hagas, jamás le digas a nadie que lo que le gusta es malo. A veces esto se percibe como una cuestión de clase: si odias el reguetón, es por racismo y clasismo. Pero en realidad puedes meterte con Béla Tarr o Tchaikovski y habrá algún fan irredento de Béla Tarr o Tchaikosvki dispuesto a indignarse.

Esta actitud antielitista ha terminado degenerando en una actitud condescendiente hacia todo producto cultural, que es casi peor. Somos la generación que pasó de darse cuenta de que cualquier producto podía ser analizado culturalmente a analizar tan solo un único tipo de producto cultural: el más obvio, el más manido, el más unánime.

La emancipación que podrían haber supuesto internet y las nuevas tecnologías, en las que uno tiene a la misma distancia a Georgie Dann que a Stockhausen, ha provocado el paradójico efecto de que hay más gente que nunca escuchando a Georgie Dann (o sus equivalentes) y mucha menos escuchando cualquier otra cosa. Dirá usted que para qué quiere escuchar a Stockhausen. Pues para lo mismo que a Georgie Dann o a C. Tangana: para nada. Son los discursos que se elaboran alrededor de esos productos los que empujan a consumir lo mismo, para no perderse la conversación de la semana.

El cambio que ha operado en ese proceso es, como explicaba recientemente a propósito del famoso disco de Tangana, que lo popular ha sido sustituido por lo populista en casi todos los ámbitos culturales. Es decir, como todos los productos televisivos, incluidos la telebasura, están pensados para ser interpretados por una hermenéutica cultural que vive por y para ofrecer lecturas amables de la cultura ‘mainstream’, ya nadie va a leer a Simone de Beauvoir si todo el feminismo que necesita está en ‘La isla de las tentaciones’.

Sin embargo, como bien añadía el compañero Javier Zurro, a lo mejor convertir el programa en “un tratado sobre las relaciones o la sororidad me parece un poquito demasié y una forma de justificar que lo vemos por el salseo puro y duro”. No hay más que meterse en Twitter mientras se emiten programas como ‘La isla de las tentaciones’ para darse cuenta de que da igual la clase, género, orientación sexual o ideología del espectador: está todo el mundo viéndolo. No hay nada que una más que la nueva no-telebasura.

En ocasiones he escuchado a sus defensores argumentando que se trata de productos muy bien pensados y resueltos, igual que lo son las películas de Marvel o esa novela que ha pasado por manos de un escritor y 20 editores antes de saltar al mercado ‘best seller’. Un punto de virtuosismo narrativo que los distancia de la basura televisiva de los 90. En otras ocasiones, lo que funciona es su autoconciencia, esa capacidad de tensar la realidad hasta el límite, convirtiendo en ficción todo lo que antes debía ser aburrido, como la política. Lo siento: creo que eso de que la realidad es la mejor ficción solo lo puede mantener una generación que ha perdido el interés por las ficciones.

La nueva era de la unanimidad cultural ha barrido con todas las manifestaciones que no pasan por el aro de lo populista-emancipador, es decir, productos que en apariencia tienen las características de la antigua telebasura (‘realities’, ‘talent shows’, incluso los ‘true crime’ de Netflix, el retorno posmoderno a Nieves Herrero) a los que una nueva generación les da un barniz sociocultural y reivindicativo que justifica su existencia. Mientras tanto, casi toda cultura alternativa ha sido relegada al ostracismo de lo supuestamente elitista.

Así, un chaval de barrio al que le dé por Sonic Youth (pongamos este inocente ejemplo) se le acusará de esnob, porque no está consumiendo lo que le corresponde. Hoy sería imposible la televisión de los años 80 porque se percibiría gris, esclerótica y, lo que es peor, paternalista en su pretensión de presentarle a toda la sociedad ideas que quizá no formen parte de su realidad cotidiana. Es elitista pretender que un obrero lea novela burguesa, ¿es democrático pretender que la telebasura se convierta en alta cultura?

No es casualidad que en su definición, Pàmies sitúe la línea a finales de los 90. Es posible que, con la primera edición de ‘Gran Hermano’ en abril del 2000, la telebasura comenzase su andadura de sofisticación. Aún era tímida, porque nadie se tragaba aquello del experimento sociológico, pero ya mostraba la voluntad de vampirizar y degradar distintos campos de la cultura (en este caso, la sociología) para justificar su existencia.

La telebasura ya no existe porque el cliente siempre tiene la razón y lo que no puede permitirse es que nadie piense que lo que consume es algo degradado, que no tiene mucho valor o que existen mejores alternativas. La telebasura no existe porque han desaparecido la crítica, el ensayo y el análisis y han sido sustituidos por el consumo. Al final, la relación más sana con la telebasura la tenían todos esos que decían que a la hora de la siesta lo que veían eran los documentales de La 2 aunque en realidad fuese Tele5. Al menos, percibían la distancia que había entre unas cosa y otras, y sospechaban por qué existían realmente las Mama Chicho.

Mejor eso que pensar que eres culto y comprometido por ver a un puñado de posadolescentes poniéndose los cuernos. La telebasura ha muerto, viva la basura de calidad para todos

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tute07011988

Sin duda la segunda hipótesis, ahora bien, que no se venga arriba la gente que no consume televisión pero se traga toda la mierda youtubera o de redes: los Dallas y demás mierda que prostituyen su imagen personal para no tener que acabar cargando cajas en un centro logístico.

29 3 respuestas
BLaCkDaRk

Porque ahora, el 90% de la televisión es telebasura, y el otro 10% son anuncios.

36 3 respuestas
D

Como que no existe la telebasura?? ahi tienes las islas de las tentanciones que es puta mierda y las moscas rondando alrededor de ella

4 1 respuesta
B

#2 Los Dalas y los Ibais, que diferencia hay pero en el fondo es contenido de mierda igual uno que otro.

3 2 respuestas
quickkk

Los que no vemos Telecinco ni youtubers como Ibai nos podemos quejar o no?

La televisión en general es basura, es una realidad

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Erpotro

"Volvemos en 6 minutos"... ... ... Cuando vuelven "estás cansado de blablabla anuncio de la presentadora!!"

Dos minutos de programa y anuncio express.

La tele es soberana mierda y ya, ahora hasta en los putos informativos el tío del tiempo te mete un anuncio es jodidamente ridículo

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Kaledros

#3 Creo que los porcentajes están invertidos XD

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PEPEPAKO

#3 Coincido, salvando saber y ganar, los documentales de la 2 y posiblemente forjado a fuego el resto es basura.

1 respuesta
Tranc0s

Cuando practimente todo es telebasura, ya no tiene sentido el término.

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B

La TV e internet, en general, son basura. En Internet se pueden encontrar cosas interesantes, pero inviertes grandes cantidades de tiempo en buscarlas porque los altos puestos de buscadores, trending topics y similares están copados por la mierda.

1
B

En CC. de la Información nos decían: "en España no hay prensa amarilla porque ¡toda la prensa es amarilla!"

Segunda hipótesis, sin duda. Mención especial a Ferreras, que copió la estrategia de Telecinco con Gran Hermano para la política nacional (que todos los programas vivan de uno solo); en su caso, ha conseguido que un canal entero rumie los mismos cuatro temas tópicos de lunes a domingo y desde el amarillismo.

3
SuperMatute

Qué es tele?

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lxn_

No es la dos. Los estándares de calidad de la TV en general ya eran terribles cuando se usaba el término.
Creo que el motivo es tan simple como que hace tiempo que estos programa no son novedad y forman parte de la normalidad.

W

#5 Sí, lo mismo es uno que otro. Son clavados.

Es la nueva frase de cuñado como la de 'los extremos se tocan'?

2 2 respuestas
tute07011988

#5 Yo no consumo a Ibai, ¿pero qué coño tiene que ver lo que él hace con la falta de dignidad que ha mostrado Dallas con sus polémicas personales que nos han llegado hasta los que jamás hemos entrado en su canal?

2 1 respuesta
sephirox

Evidentemente, todo es basura. Si a la cantidad de programas como Salvame o la Isla esa, le sumamos que estamos viviendo la época de decadencia del periodismo (siempre ha sido una basura, pero ahora lo es más) que repta por las TVs a todas horas, pues tienes un cóctel perfecto.

Lo bueno es que al modelo actual de televisión le quedan 2 días.

1 respuesta
B

Qué no existe telebasura?

Salvame
La isla
Mujeres y hombres y viceversa
Ana Rosa
Gran hermano (no tardará en volver)

Y un largo etc.

PD: el 95% de los youtuber/twich

2 respuestas
isvidal

#4 Acabas de dejar el nivel muy alto

A

#15 Todos los que defendéis a Ibai estáis cortados pro el mismo patrón, no falla. Algún día tendré que ver algún video suyo para entender why. Aunque escuchando que ha sido uno de los mas sonados criticando a los you tuber que se van a Andorra.. puedo imaginar la razón.

Con respecto al hilo me quedo con la segunda opción clarísimamente el 95% es basura y cuesta distinguirlo entre tanta mierda.

Edit: #17 Llevo escuchando la misma cantinela de que le quedan dos dias al modelo de la TV mas de 10 años, lo seguirán sosteniendo a base de subvención y fin xD

B

#15 #16 Aquí estábamos hablando de telebasura. Y a nivel de contenido tanto Ibai como Dalas me lo parecen. Que luego fuera de este mundillo cada uno sea de una manera u otra me es indiferente. Rubius es basura. Willyrex es basura. Wismichu es basura. Elxokas es basura. Y hasta Yellow Mellow es basura y es la más vieja de YouTube. A eso me ciño, y ya lo que encima cada uno añada a este fuego pues peor para, como bien decís, su dignidad. Pero a nivel de contenido no los distingo.

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Jorgew

#9 Te dejas Mountain Men.

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PEPEPAKO

#22 Y maestros de la parrilla, pero algo tenía que quedar fuera.

B

2021 y todavía hay gente que ve la tele y programas como la isla y demás telebasura lol

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W

#18 woosh

evva

Desde #1 hasta mi comentario solo hay tres personas que se han leído el artículo.

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isvidal

#18 joder...

B

Los que van con el tufillo de superioridad por no ver "x" cosas son lo peor. Qué gente más amargada, por Dioxxx

-OnE-
16 1 respuesta
B

No existe la tele basura igual que el fascismo no está en el congreso.

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